II. Una “clase” después de clase: Por Prashant Iyengar
traducido por Hugo Cárdenas
1. La mente debe ser un objeto
Hoy nos decías: “tienen que objetivar la mente”. ¿Podrías explicar esta curiosa instrucción?

La psicología del yoga nos dice, que es la mente la que se altera, es la mente la que se entristece. La filosofía india cree —incluso Patañjali lo afirma— que el alma no posee naturaleza de dolor, placer, pérdida, ganancia, éxito, fracaso, suerte, desgracia... Todas estas polaridades, estas dualidades, no pertenecen al sí-mismo, no pertenecen al alma; todas son propias de la mente. De esta manera, en nuestra vida cotidiana, en las actividades ordinarias, nos identificamos por completo con la mente, de tal forma que nos convertimos en mente. La filosofía dice, la metafísica dice, que no somos la mente, que la mente es nuestro instrumento. Tú no eres las manos ni las piernas. Dices “mis manos, mis piernas, mi cuerpo, mi cerebro”. También dices “mi inteligencia”. Igual que dices “mi mente”, pero al mismo tiempo te identificas por completo con la mente, como dos personas enamoradas. Si le sucede algo malo a uno de los enamorados, si sufre, el otro también sufre, pues están muy identificados.
De forma similar, entre nosotros y la mente, entre el “yo” y la mente, hay tanto apego e identificación que cualquier cosa que le suceda a la mente nos sucede a nosotros. Y la filosofía nos dice que esto no es cierto. La metafísica nos dice que esto no es cierto. Es tu mente; es uno de los instrumentos que hay dentro de una de las partes de ti mismo. Igual que se dijo que una pierna, una mano o el cerebro son partes de ti –de forma similar, la mente es una parte de ti, distinta como cada uno de tus miembros, igual que el cuerpo es distinto de ti. Ahora bien, si quieres conocer la mente, la única forma es conseguir que sea un objeto. Solo puedes conocer objetos. El sujeto es el que conoce. El sujeto no puede ser algo conocible. No puedes conocer al sujeto. El sujeto es el conocedor. El objeto es lo que se conoce. Por tanto, si quieres conocer la mente, la mente debe ser objetivada y es por esto que, en la psicología del yoga, se recomienda observar el cuerpo, la respiración, y también la mente. Cuando contemplas la mente, tú propia conciencia, de forma natural hay objetivación: la mente resulta objetivada, y si objetivas la mente el resultado del proceso es que se desarrolla un sujeto más profundo.
Supongamos que la mente nº 1 es tu sujeto y con él conoces las cosas —el libro, la mesa, el taburete, las montañas y los ríos. Ahora bien, la mente nº 1 sometida a investigación se vuelve un objeto y una mente más sutil se convierte ahora en sujeto. Llamémosla mente nº 2; ahora el sujeto es la mente nº 2. Pero, cuando conviertes la mente nº 2 en objeto, aparece la mente nº 3. ¿Qué es lo que está sucediendo? Es una interpenetración, como cuando pelas una cebolla —tiene varias capas superpuestas, las puedes quitar y al final solo queda el tallo central. De igual manera, la mente es como la cebolla o el ajo: tienes que quitar las distintas capas y coberturas para alcanzar la esencia. Así es como se objetiviza la mente para que otra mente más sutil aparezca. Esta mente nº 2 se convierte en objeto, después la mente nº 3 es la que se vuelve objeto... y finalmente alcanzas la esencia. Así es como se efectúa el estudio de sí mismo, la comprensión del sí-mismo-esencial —svadhyaya—, es decir, la forma de aproximarse a la esencia del cuerpo. En consecuencia, si deseas avanzar desde la periferia hasta la esencia del cuerpo, hay que apartar la mente corporal y las mentes progresivamente más sutiles —así es como tiene lugar el refinamiento de la conciencia y finalmente, podrás alcanzar la esencia. Por eso, la objetivación de la mente es característico en la psicología del yoga.

En la secuenciación, como dije el otro día, los tres aspectos deben mezclarse: los detalles técnicos, la secuenciación y el ajuste del tiempo. Aunque observes meticulosamente la técnica, debes practicar también teniendo en cuenta la duración. Si haces Sirsasana durante un minuto de forma muy precisa, no obtendrás efectos apreciables. Debes permanecer durante un cierto tiempo, como en un periodo de gestación. Debe pasar cierto tiempo entre adoptar y deshacer. Aunque la comida en el microondas se cocine rápido, no se puede decir que no necesite su tiempo. Por tanto, la duración es importante y la sesión debe ser una mezcla de los tres aspectos. No puedes hacer una asana solamente de acuerdo a la duración, debes seguir la técnica: cómo hacerla y cómo no hacerla, qué hacer y qué no hacer.
2. Tres aspectos importantes en nuestro sistema
Afirmas que una secuencia determinada de asanas nos permite observar y manipular la mente.
Estabas allí para celebrar el Guru Purnima. En ese día hablé acerca de tres aspectos importantes en nuestro sistema (Iyengar Yoga).
El primero fue sobre las complejidades técnicas
El segundo, sobre las secuencias, y
El tercero trató de cómo determinar la duración (tiempo en la postura)
Los tres son característicos de nuestro sistema, en el sentido de que son propios de la enseñanza de Patañjali. Respecto a la secuenciación: naturalmente, si solo haces una postura, una asana, independientemente de su profundidad, de su penetración, tendrá un efecto concreto. Por ejemplo, si haces Sirsasana observando todos sus detalles, obtendrás un efecto determinado. Pero si detienes la práctica en Sirsasana, prescindirás de la evolución, del progreso que tiene lugar cuando Sarvangasana se hace después de Sirsasana. Por lo cual, puedes aumentar los efectos de la práctica mediante la secuenciación. La práctica de asanas puede producir efectos hasta un determinado nivel, pero si deseas mantener una estructura, entonces tienes que secuenciar las asanas. Hacer solo Sarvangasana, no produce beneficios significativos. Si haces hoy Sirsasana, mañana Sarvangasana y pasado mañana flexiones hacia delante, imagina el escaso resultado que puedes lograr.
Pero si adoptas una secuencia correcta, el efecto de las asanas aumentará. El objetivo de la secuenciación es elevar o aumentar la serenidad mental y entrar así en un estado de yoga. Cuando alcanzas una mente serena o sublime después de una sesión agradable, ¿podrías asegurar que es consecuencia de una sola asana? No puedes afirmar que se deba a una sola asana; pues, en este caso, ¿a qué asana se le podría asignar tal efecto? Así por ejemplo, justo después de Sirsasana deberías haber experimentado este efecto, pero no lo tenías. Lo has experimentado después de la sesión. Lo obtienes después de la sesión porque la estructura se ha potenciado con la correcta secuenciación de asanas. De esta forma, los efectos que se obtienen, los denominados “beneficios”, aumentan. Igual que los beneficios de Sirsasana son especiales cuando se hace Sarvangasana a continuación. De esta forma, se acrecientan. De otra forma, si solo haces Sirsasana, avanzarás hasta un punto concreto. Y ahora, si detienes la práctica, te apagarás. Mañana, partirás de cero, harás Sarvangasana, alcanzarás el punto anterior y de nuevo te apagarás. Pero supón que haces Sirsasana, luego Sarvangasana y después flexiones adelante, entonces los efectos se incrementarán.
Es como cuando depositas dinero en un banco. Desde el momento en que depositas, el dinero empieza a crecer. Pero supón que ingresas cien rupias por la mañana y lo retiras por la tarde. Si haces esto todos los días, ingresar por la mañana y sacar por la tarde, ¿qué efecto puede tener en tu cuenta?
Secuenciando las asanas, obtienes beneficios acumulados y el efecto global aumenta. Y esto no es solo por la secuencia en sí, no es por hacer Sarvangasana después de Sirsasana, o Sirsasana antes que Sarvangasana. Se trata de que Sarvangasana se efectúa de una manera especial cuando se ha hecho previamente Sirsasana en una forma determinada. Con las complejidades técnicas de la práctica te darás cuenta de que Sirsasana no es la misma todos los días, aunque pudieras seguir todas las indicaciones mencionadas en “Light on Yoga” [1]. Cuando la domines te darás cuenta que los detalles de las técnicas, los más sutiles, cambian; no están expresados en el libro y no pueden expresarse en ningún libro. Sin embargo, supón que estás leyendo la técnica sobre Sirsasana en “Light on Yoga” y la sigues. Los efectos de Sirsasana después de las flexiones hacia atrás serán diferentes de Sirsasana efectuada después de las flexiones hacia adelante, aunque apliques la misma técnica. Por tanto, según cómo se haga una postura se determinará la ejecución de la siguiente. Por esto debe tenerse en cuenta la secuenciación. No son solo posturas de pie, seguidas de torsiones, flexiones hacia adelante, Sirsasana, Sarvangasana, Setu Bandha y Viparita Karani. Aquí no hay concepto de secuencia. La técnica de una postura dependerá de la que la precede y de cómo se ha hecho. Tu Sarvangasana dependerá de cómo se ha hecho la postura anterior, qué postura ha sido y como se ha efectuado.
[1] “Luz sobre el Yoga”, de B.K.S. Iyengar.
3. Hay que desarrollar un juicio subjetivo

En la secuenciación, como dije el otro día, los tres aspectos deben mezclarse: los detalles técnicos, la secuenciación y el ajuste del tiempo. Aunque observes meticulosamente la técnica, debes practicar también teniendo en cuenta la duración. Si haces Sirsasana durante un minuto de forma muy precisa, no obtendrás efectos apreciables. Debes permanecer durante un cierto tiempo, como en un periodo de gestación. Debe pasar cierto tiempo entre adoptar y deshacer. Aunque la comida en el microondas se cocine rápido, no se puede decir que no necesite su tiempo. Por tanto, la duración es importante y la sesión debe ser una mezcla de los tres aspectos. No puedes hacer una asana solamente de acuerdo a la duración, debes seguir la técnica: cómo hacerla y cómo no hacerla, qué hacer y qué no hacer.
Entonces, también la secuencia dependerá de cómo haces la postura. De los tres aspectos, la secuenciación tiene un papel equilibrado, en relación con las técnicas y la duración. Sin la secuencia no puedes proporcionar al edificio una sólida estructura. Si haces Sirsasana por la mañana y cuando se pase su efecto, después de una o dos horas, efectúas Sarvangasana, empezarás desde el principio. Tienes que edificar la estructura y para ello es preciso que la sesión sea una sucesión continuada. No puedes hacer Sirsasana y pasear diez minutos; dar un paseo, caminar, no tiene sentido, y luego hacer Sarvangasana o charlar con alguien y hacer Sarvangasana otra vez; no tendrá efecto, porque la estructura debe mantenerse continuamente. Por esto es importante la secuenciación: porque edifica la estructura.
Una sola postura no te proporcionará una estructura aunque la hagas tan perfecta como la hace BKS Iyengar. Además, no obtienes
todos los efectos de Sirsasana o Sarvangasana practicándolas de forma aislada. Guruji, puede hacer Urdhva Dhanurasana perfectamente, Setu Bandha perfectamente, pero aún así no obtendrá los mismos efectos que se obtienen integrándolas en una secuencia. No obtendrá todos sus efectos a menos que las integre en una secuencia; así es como descubrió la secuenciación.
¿Puedes darnos un ejemplo de secuenciación?
¡Lo puedes observar todos los días en clase! La secuenciación no puede ser algo rígido, como los cursos o la práctica diaria que se mencionan en “Light on Yoga”. Esa forma de secuenciar no puede definirse como “esto es el ciclo de asanas: primero posturas de pie, luego torsiones, Sirsasana y Sarvangasana”. No es tan rígido. Sirsasana depende de cómo y porqué has hecho las posturas de pie. Entonces, una vez que has entendido esto, la secuencia es algo que se desarrolla a continuación de forma subjetiva. Hasta que desarrolles esta forma de inteligencia, el maestro tiene que ayudarte: “después de esto, haz esto otro”, “antes de eso, haz aquello”. Pero una vez que entiendes la psicología del yoga, entonces sabrás cómo has hecho Sirsasana y qué debe seguir después de esa Sirsasana. No siempre es preciso que Sarvangasana suceda inmediatamente a Sirsasana. Depende de cómo y porqué hayas hecho Sirsasana. Si has hecho Sirsasana para hacer seguidamente flexiones hacia atrás, entonces no hay razón para hacer Sarvangasana después de Sirsasana; no surtirá mucho efecto.
Supongamos que estas practicando Sirsasana y a continuación vas a hacer extensiones hacia atrás. Cuando terminas Sirsasana, tienes una llamada de teléfono y reanudas la práctica media hora mas tarde. Puedes pensar: “¿porqué tendría que hacer extensiones hacia atrás?; haré Sarvangasana”, pero no obtendrás el mismo beneficio porque Sirsasana estuvo condicionado por las extensiones hacia atrás que iban a continuación.
Igual pasa en clase; supón que adoptamos Sirsasana como preparación para las extensiones hacia atrás pero algo sucede, tienes una llamada importante, necesitas salir 15 minutos y no puedes hacer las extensiones hacia atrás. El profesor te dice que adoptes Sarvangasana. Tu haces Sarvangasana, no hay nada incorrecto, pero el efecto no será el mismo —tendrías que haber practicado Sarvangasana después de las extensiones hacia atrás. Por tanto, la secuenciación no es algo muy rígido. Depende de tu disposición mental, de cómo hayas actuado; también depende de cómo harás las flexiones hacia delante, o quizás las torsiones antes de Sarvangasana, o directamente Sarvangasana. Puede haber distintos juicios subjetivos. En las clases podemos proporcionar distintas variedades y todas estas variedades puede que no sean adecuadas a los setenta u ochenta miembros de la clase, pues depende del estado mental con que hayan venido aquí. Puede que alguien tenga una citación para ir al juzgado después de clase, por lo que esta tenso. Hay tantas situaciones, tantos juicios subjetivos, que pienso que no puede haber un libro que pueda afirmar: “los beneficios son estos”. En “Light on Yoga” se encuentran indicaciones generales, pero sobre los aspectos más profundos no puede haber tal ciencia, una ciencia rígida. Se trata de ciencia pero es una ciencia muy subjetiva. Depende del estado mental concreto en que te encuentres: en un momento determinado puede que tengas que ir al juzgado o tengas que viajar.
Todas estas cosas condicionan tu mente. Tienes que venir a clase, la cual finaliza a las 9 en punto, y luego tienes que tomar el tren que sale a las 9:20; naturalmente, todas estas cosas influyen en tu mente. El profesor puede estar diciendo “tranquilos”, “serenos”, pero en cualquier caso, en comparación con los demás, no permaneces relajado. Por tanto, se trato de algo muy subjetivo, no se puede generalizar. Debes comprender su fundamento. Una vez conocido el fundamento, una vez que conoces la psicología y la fisiología de las asanas, entonces serás capaz de programar una secuencia de asanas. Todas incluyen Sirsasana en una clase, pero ninguna lo hace de la misma forma; no pueden hacerlo porque hay diferentes estados de ánimo. Así, en clase, hasta cierto punto hay una estructura programada; pero cuando comienzas la práctica, no necesitas el programa. Debes saber en qué estado estas y cómo desarrollar tu secuencia. Es una ciencia, pero no es una ciencia rígida; es una ciencia fluida porque es subjetiva. Implica un juicio subjetivo.
¿Son acaso estos juicios como leyes internas que debamos aprender y observar?
Si, esa es la razón por la que debes conocer la psicología y la fisiología de cada postura. Cuando conozcas estos aspectos, serás capaz de tener tu propio juicio para formar una sesión de práctica; en otro caso deberás depender del profesor. Si tienes dudas: “¿qué debo hacer después de esto?, ¿esto, o esto otro?” Puedes preguntar a tu profesor “¿qué debo hacer a continuación y cómo hacerlo?”. Cuando conozcas esas cosas, habrás desarrollado un juicio subjetivo. No tendrás que pensar: “después de esto, ¿hago esto, o no hago esto otro?” Tienes que desarrollar esa capacidad para el juicio subjetivo, y para ello, tienes que entender la psicología y la fisiología de las posturas, qué es lo que le sucede a la postura, qué sucede en la postura.
Pero esto lleva mucho tiempo…
Claro, por supuesto. Hasta entonces, tienes que depender de tu profesor.
4. Medidas de seguridad
¿Podemos tener también conceptos equivocados?
Se trata de una cuestión teórica, sobre la cual yo también podría equivocarme, Pero el sistema yoga, la tecnología de las asanas o cualquier otra técnica yóguica es tal, que hay muchas, numerosas medidas de seguridad. No estas jugando con electricidad, aunque creas que deberías evitar la manipulación del prana; el sistema posee gran cantidad de medidas de seguridad, cientos de medidas de seguridad, que te proporcionarán indicaciones y evitarán catástrofes a menos que inviertas la ciencia. Por ejemplo, después de hacer Savasana, te levantas y saltas hacia Viparita Chakrasana. Si lo que intentas es imponerte un desafío después de haber descansado media hora en Savasana y te levantas inmediatamente para saltar, los brazos no te aguantarán y caerás al suelo; sería una locura hacer esto. Por tanto, a menos que cometas tales errores, no hay peligro. Siempre hay medidas de seguridad. La ciencia esta tan desarrollada que hay muy poco peligro. Ha evolucionado tanto que hay numerosas medidas de seguridad y no existe peligro, salvo que hagas las cosas mal. Como cuando aplicamos ideas equivocadas, como posturas erróneas y una serie no equilibrada: ¡se puede hacer cualquier cosa! Si, por ejemplo, cuando practicas sientes que te apetece hacer Sirsasana y la haces, después te apetece dar saltos y los das; seguidamente quieres hacer Viparita Karani y la haces; luego la deshaces y haces rápidamente un ciclo de Paschimottanasana y Halasana. Solo una locura tal puede ser peligroso y lesionar al practicante. Pero si tienes un profesor, si has aprendido de él, te ha proporcionado varias series y las practicas, entonces no hay peligro. A medida que evoluciones, adquirirás sabiduría, inteligencia, percepción y juicio subjetivo. Y no te causarás daño —la cuestión de si “yo podría estar equivocado”, es muy teórica, pero no resulta aplicable a menos que deliberadamente cometas un grave error o inviertas la ciencia.
5. Hacer, mantener y salir de la postura
¿Puedes comentarnos algo sobre la tecnología interna (orgánica) y externa de asana, y sobre las técnicas para adoptar, permanecer y concluir la asana?
Por ejemplo, conoces las técnicas para hacer Tadasana o Trikonasana, cómo observar los pies, piernas, columna, pecho, brazos, manos y dedos. Sabes que hay técnicas anatómicas, para los huesos y los músculos; cómo deben estar tus huesos y tu masa muscular; cómo deben estar tus articulaciones. De la misma forma, puedes comprender que si conoces la posición del esternón y la del pecho en Tadasana, de forma sencilla puedes imaginar la posición de intestinos, colón e hígado en Tadasana. O en Trikonasana, si sabes cómo debe colocarse la columna, entonces sabes cómo deben colocarse el pecho o las piernas; esto significa que si piensas en la posición de piernas y brazos, también sabrás que hay una posición para el cuerpo interno, orgánico, pues también forma parte de la asana. Y por tanto, se efectúan distintas acciones para adoptar la posición y (se supone que también) para mantenerla. Pues no se trata solo de ejercicios de tipo aeróbico, creas movimientos, movimientos en sucesión o movimientos isométricos en serie. Pero además, no se trata solo de movimiento, hay que respirar, hay que permanecer en las posturas. Por tanto, hay distintas acciones a efectuar, no simplemente para hacer la postura, sino también para mantenerla, y algunas otras para deshacerla.
Así, tenemos tres aspectos en asana: hacer, estar o mantener, y salir. Puedes ser muy meticuloso haciendo Trikonasana; acomodas la cadera, los isquiones, las ingles. Supongamos que la adoptas del lado derecho; ahora sabes como hay que mover el isquión derecho, la ingle derecha; pero cuando la deshaces, ¿observas estos detalles? Cuando la vas a deshacer, simplemente la deshaces. Eres analítico, cuidadoso, meticuloso y lento para adoptar la posición, pero sales de ella de golpe, cuando el profesor dice “salgan y hagan esto otro”. Cuando desciendes, lo haces por etapas. En cada etapa observas los diferentes movimientos de las distintas partes, pero cuando subes no observas demasiado. La asana, al no ser solo movimientos como los ejercicios isométricos normales, se compone de etapas. La asana está compuesta de pasos. Hay que permanecer en la asana. Si tienes que permanecer en asana, esto implica que has adoptado asana. Has adoptado asana y tienes que deshacerla. Existe el inicio, el estado en la asana y su finalización. Los tres son un conjunto de técnicas. Y, sin embargo, la técnica para deshacerla tiene un enfoque particular; cuando permaneces en la postura, hay muchas cosas que hacer para ajustarla, pues el momento en que llevas la mano derecha hacia abajo en Trikonasana no se hace simplemente y ya has finalizado.
Después de llevar la mano derecha hacia abajo y la izquierda hacia arriba, se hacen muchas otras cosas como girar la cadera y la espalda, estirar la columna, abrir el pecho, llevar los hombros hacia atrás. Todo esto se hace después de adoptar la postura. Tras adoptarla, continúas haciendo algo, como rotaciones, aberturas, etc. Es decir, permaneces haciendo algo. Pero entonces, ¿qué sucede? La deshaces cuando finaliza la acción, cuando no puedes pensar en el siguiente detalle, cuando crees que todos los detalles se han cumplido y no conoces mas, entonces sales inmediatamente. Eso no es lo correcto. No has permanecido, no has estado. Estas haciendo, haciendo y haciendo, pero no has permanecido.
Por tanto, una vez que has completado el aspecto de hacer en Trikonasana, debes permanecer ahí. Entonces es cuando la postura comienza, y no cuando la mano derecha baja y la izquierda sube. La postura empieza cuando has efectuado todas las revisiones que conoces. Si lo has hecho, entonces empieza la posición y es cuando se supone que inicias la permanencia en ella.
De esta forma, el concepto de ajuste del tiempo se utiliza muchas veces erróneamente. Un minuto de Trikonasana en el lado derecho. La adoptas, empiezas a contar y quizás hasta el segundo cincuenta y nueve estas haciendo, haciendo y haciendo, y cuando se cumple el minuto la deshaces: ¿dónde has permanecido? ¿Cuándo? Necesitaste cincuenta y nueve segundos para adoptar la posición y al minuto exacto la deshiciste.
Cuando permaneces en una posición, continúas haciendo algo para mantenerla. En un cierto momento, ya no conoces el siguiente detalle, has completado todos los detalles. Y ahora, estas manteniendo esos detalles en la asana, cualesquiera que sean. Cuando has adoptado la postura, tienes que mantenerla y se inicia el tiempo de permanencia. Esto permite la circulación de la postura, la circulación pránica, la circulación psico-mental, la conciencia de la circulación. Trikonasana se ha adoptado de forma relajada y hay que permanecer en ella. Luego, cuando vas a deshacerla, meticulosamente, escrupulosamente, cuidadosamente, hay que observar ciertos puntos: como volver a subir sin desplomarse, sin doblarse hacia delante.
Por ejemplo, en las flexiones hacia atrás, en Raja Kapotasana. ¡He adoptado la hermosa Raja Kapotasana! ¡Una bella fotografía! Una vez tomada la fotografía, ¿qué pasa a continuación? ¡Hops! De pronto, las manos y las piernas se aflojan y bajan rápidamente al suelo. Raja Kapotasana o Viparita Dandasana, imagina la posición. ¿Cómo saldrías de ellas? Cuando se hace la postura, cuando la postura finaliza, ¿qué sucede? Se libera la pierna y las manos caen de golpe. Entonces, ¿dónde está el control?
Por eso, cómo se deshace una postura es algo muy importante que te ayuda a desarrollar un determinado nivel. Si haces Viparita Dandasana y la deshaces de golpe, creas una gran perturbación en tu conciencia. Cualquier cosa que ocupe tu conciencia se perturba completamente con esta forma de actuar. Por tanto, tienes que tener cuidado al finalizar la postura: cómo finalizar sin perturbar tu conciencia. De hecho, los efectos de la asana aumentarán y serán evidentes incluso después de deshacerla, o al menos se mantendrán los efectos y tardarán en desaparecer.
Así es como debemos observar los tres aspectos en nuestro sistema, formando parte de los detalles: ¿cómo adoptar la postura?, ¿cómo estar o permanecer?, ¿cómo deshacerla? Por tanto, hay distintas acciones para adoptarla, acciones para permanecer en ella y acciones para deshacerla.
6. Reacción, contra-acción, interacción, acción complementaria, acción opuesta.
Hablaste de reacción, acción contraria, interacción, acción complementaria y acción opuesta. ¿Qué es estos enredos de palabras?
Veamos, ¿qué es una acción? No es un único movimiento porque hay otras cosas como acción contraria, interacción y acción complementaria. Cuando se ha hecho la acción, otras cosas suceden junto a ella. En Trikonasana, tu mano derecha está abajo y presionas con el dedo gordo de la mano derecha en la parte interna del tobillo a fin de girar la pelvis. Aquí, la acción esta en el dedo gordo, pero con la presión del dedo, algo sucede en la mano derecha, algo sucede en la pelvis, algo que es una reacción. Cuando creas una acción, hay una reacción, Hay que identificar de que reacción se trata. Hay reacciones positivas y negativas. Algunas reacciones pueden estar equivocadas y otras ser correctas. Tienes que aprender a identificar la reacción correcta y la incorrecta.
Ahora, al abrir el pecho en Trikonasana, es posible que saquemos las nalgas —los principiantes hacen esto, ajustan para sacar pecho y nalgas. Es una reacción, pero es una reacción negativa. Como cuando les pedimos que giren la cintura en Trikonasana y nuevamente sacan los gluteos; o cuando les pides que estiren las piernas y hunden el pecho; o también cuando les pides que saquen el pecho y doblan las piernas. Estas son reacciones negativas. En definitiva, hay reacciones negativas y reacciones positivas.
De forma similar, hay acciones complementarias que no son reacciones. La reacción pertenece a la física: haces una acción y se produce una reacción igual. La acción suscita la reacción. Pero la acción complementaria es algo que sirve de ayuda. Luego, hay inter-acciones: dos cosas suceden al mismo tiempo. Así, en la acción, hay interacción, contra-acción, reacción, acción complementaria y, finalmente, acción opuesta. Cuando haces algo en una parte, estas deshaciendo algo en otra parte. Haces algo y algo se deshace. Esto es la acción opuesta, que no debe confundirse con la inacción o no-acción.
7. Hacer, deshacer, no-hacer
¿Puedes explicar los términos: hacer, deshacer y no-hacer?
Tomemos, por ejemplo, Utthita Parsvakonasana. Al principio la pierna derecha esta recta y extendida y la pierna izquierda también permanece recta. Cuando flexionas la derecha, retiras la rigidez en la parte posterior de la pierna, relajas la parte de atrás de la pierna. Lo que se hizo ya ha pasado, por tanto se ha deshecho. Y también hay un no-hacer. Cuando haces algo en alguna parte, hay algo que no se hace en otra parte. Ahí tiene lugar el no-hacer. Por tanto, la acción incluye todos estos aspectos. Tiene factores. Como sabes, en matemáticas hay factores. De forma parecida, una acción tiene factores y acción quiere decir todas estas cosas: no-acción, más contra-acción, más acción complementaria, más reacción. En eso consiste una acción, pues todas contemplan la palabra “acción” en su interior. Así es como debe entenderse la acción, con análisis. Cuando actúas, no simplemente actúas: también deshaces y no-haces. Realmente, se supone que no actúas. Supongamos que, en Trikonasana, el profesor dice “levanten el pecho, esternón hacia arriba”. Se supone que mantienes las mandíbulas y el rostro relajado. Como dije hoy, durante las torsiones, el profesor dice “giren” y giran el rostro, giran el cerebro y giran la boca. Debes saber que no tienes que hacer nada en esos puntos. Solo entonces puedes estar haciéndolo en forma correcta. De hecho, sin no-hacer, no puedes hacerlo.
Un ejemplo sencillo: a las nueve en punto vienes a clase a practicar. ¿Cómo haces la práctica? ¡No haciéndola en tu casa! Si estuvieses allí, en la oficina o en tu casa, no podrías estar haciendola aquí. En consecuencia, no-hacer es tan integral como hacer. Sin no-hacer, no hay hacer en absoluto. Pues lo que creemos que significa “hacer” es “hacerlo”, “hacerlo” y “hacerlo”...
Pero debes saber que hay y tiene que haber no-acciones; y también podría haber algunas no-acciones equivocadas. Hay que tener en cuenta todas estas cosas. ¿Qué es una “correcta” y una “incorrecta” no-acción, y cómo se integran en tu acción? Tiene que estar ahí, la correcta no-acción debe estar ahí, de otra forma la acción no es completa. Tu cerebro se pone tenso en Urdhva Dhanurasana, has hecho todo y además has actuado en el cerebro, donde se supone que debe existir una no-acción. Sin embargo, tu postura no es completa; es errónea. No es completa y está equivocada porque no has observado la no-acción.
Cuando efectúas acciones, no deberías dejarte llevar por la acción. Esta mañana dije “están dejándose llevar por la tormenta de la acción” Tu acción es como una tormenta. ¿Dónde está el control en una tormenta? ¿Dónde está el control en un tornado? ¿Dónde está el control en una tempestad? Esto es lo que sucede cuando te dejas llevar por el entusiasmo, por el espíritu, tu acción es tan poderosa que quedas atrapado en la tormenta. Por eso, debes saber que no es solo la tormenta de la acción, sino que hay algo que resiste, como debe ser. Guruji decía muchas veces: debe haber resistencia. Así, debes tener en cuenta todas estas cosas, si no quieres que te atrape la tormenta.
Por tanto, esto es lo que tenemos que entender, la acción de bajar en Trikonasana. Cuando bajamos a la postura, ¿en qué consiste la no-acción?, ¿cuál es la acción contraria?, ¿cuál es la acción complementaria?, ¿cuál es la reacción? Y tu permaneces ahí vigilante: ¿cómo mantienes la postura? Si entiendes el mantenimiento de la postura, tienes que no-hacer, tienes que deshacer, tienes que hacer. Tienes que llevar a cabo todas estas cosas con una coordinación y sincronización adecuadas. Igualmente, cuando deshaces la postura, tienes que observar todos los detalles: ¿dónde hay que deshacer? Por ejemplo, cuando sales de Utthita Parsvakonasana, se supone que no estiras la pierna, se supone que deshaces. Cuando el profesor dice “estiren las piernas” en Trikonasana, se trata de deshacer. Ahora bien, en Utthita Parsvakonasana, cuando subes del lado derecho, se supone que no estiras la pierna de adelante, se supone que deshaces, pues no estiras. ¿Te imaginas cómo es el estiramiento de cuadriceps y cartílagos en Trikonasana? La pierna esta girada. También, antes de Utthita Parsvakonasana, la pierna esta recta y la flexionas, con lo que una vez mas no haces, deshaces. Así, flexionar la pierna para Utthita Parsvakonasana es deshacer, y estirar la pierna para regresar de Utthita Parsvakonasana es también deshacer.
De acuerdo a todos estos puntos, las dinámicas son diferentes. Las “piernas estiradas” antes y después de Utthita Parsvakonasana son diferentes. No es la misma pierna. De esta forma, si desarrollas una atenta observación, sabrás lo que hacer; también debes analizar cómo hacerlo. Estos son los paradigmas; Yo los denomino “detalles kármicos”. Tienes que analizar la acción; ¿cuál era la acción?, ¿cuál era la interacción?, ¿cuál la contra-acción?, ¿cuál la reacción?, ¿cuál la acción complementaria?, ¿cuál era la acción opuesta?, ¿cuál la no-acción?
Entonces llegas a darte cuenta que cuando haces un poco, el efecto se multiplica. Haces una cosa y suceden varias cosas. Por ejemplo, en Trikonasana, espiras, sacas las nalgas, giras la pelvis: muchas cosas suceden en la ingle —en la ingle de la pierna de adelante— y en muchos otros sitios. Has hecho una sola cosa: sacar las nalgas, pero cuando metes el isquión de la pierna de adelante hacia adentro, muchas otras cosas suceden... No las “haces” tu, simplemente suceden; no puedes ser responsable directo de lo que sucede; puedes responsabilizarte directamente de lo que has hecho pero no de todo lo que sucede.
Una vez que desarrollas toda esa habilidad analítica, también desarrollas la mente, la mente adecuada. No debes enorgullecerte de tu éxito. Si haces Vrchikasana, no te enorgullecerás de hacerlo correctamente, porque sabrás cuánto has hecho por ti mismo y cuánto ha sucedido. Así, tu haces solo hasta cierto punto y ¿qué sucede? El efecto es cien veces, mil veces mayor.
Lo que haces durante el equilibrio sobre los codos es arquear tu espalda, llevar los pies hacia abajo y tocar la cabeza; eso es todo lo que haces. Pero muchas cosas suceden cuando estas haciendo la postura, que no haces por ti mismo —no tienes acceso a todas estas cosas que no haces.
8. Circulación de la conciencia
Hablaste sobre la conciencia, la circulación de la conciencia y la circulación psicomental. ¿Qué significa todo esto? ¿En qué se diferencian?
No hay diferencia. Igual que conoces el concepto de circulación sanguínea, la circulación corporal, en las distintas posturas hay también circulación de la conciencia: es decir, circulación psicomental. Tu mente circula. Es lo mismo, no hay diferencia. Por tanto, tienes distintos efectos de las posturas: tiene un efecto mental característico, a causa de la circulación mental o pránica. Y Kapotasana tendrá un efecto diferente. Si haces Janu Sirsasana durante dos minutos y Kapotasana otros dos minutos, ¿porqué hay distintos efectos? Por la conciencia; la circulación de la mente es distinta.
En Janu Sirsasana, la mente se tranquiliza. En Kapotasana te proporciona otros efectos, te hace estallar, te da energía, te vuelve activo. Por tanto es la circulación mental o circulación de la conciencia, y cada postura tiene una circulación mental distinta; por eso tienen diferentes efectos.
9. Un estado reflexivo
¿Tenemos que mantener nuestro cerebro lo más relajado posible durante las posturas?
Por supuesto. Sabes que ser reflexivo es algo bueno. ¿Qué es la reflexión? ¿Cómo puedo hacer mi cerebro reflexivo? ¿Cuál es la diferencia entre “pensativo” y “reflexivo”? A menudo decimos, “estoy reflexionando sobre un problema” —esto, en si mismo, es una ironía. No puedes reflexionar sobre un problema, porque un problema significa turbulencia. Un problema siempre implica que existe turbulencia, que hay turbulencia e inquietud. Nunca estamos tranquilos con un problema. ¿Podrías imaginar que tienes problemas y que tales problemas te tranquilizan? ¡No puedes permanecer tranquilo con problemas!, ¡los problemas no pueden tranquilizarte! Esto significa que el problema implica turbulencia, molestia e inquietud. Puede que digas: “estoy reflexionando sobre un problema”. Pero no puedes reflexionar sobre un problema porque, ¿qué es la reflexión? Cuando un lago esta sereno, tranquilo, imperturbable, captas los reflejos. Cuando alteras la superficie del agua, ¿qué sucede?
En un lago, el espejo del agua tiene que calmarse para volverse uniforme y solo asi poder obtener reflexión. Para reflexionar, la mente debe tranquilizarse como un lago; entonces podrás reflexionar. La reflexión no es un proceso intelectual. Realmente, lo que haces es que piensas en un problema y dices, “estoy reflexionando sobre un problema”. Realmente, estas “pensando en un problema” y esto significa que creas constantemente olas mentales, y si estas continuamente creando olas y alterando la mente, entonces no hay posibilidad alguna de reflexión; si estas perturbando y creando ondas en el agua, no puedes obtener una reflexión. Si perturbas el agua y, aún así, obtienes reflexiones, estarán distorsionadas. Pero con una gran perturbación no obtendrás reflexión alguna. Si el agua esta turbulenta, no obtendrás reflexiones en absoluto.
Por tanto, la reflexión es un estado tranquilo de la mente y si debes estar reflexivo en la asana, de forma natural, debes estar tranquilo. El primer punto y el más importante es mantener tu cerebro relajado.
10. Aprender y consolidar
Has dicho, “Deberían practicar para aprender, además de practicar para consolidar”. ¿Puedes hablar en detalle sobre esto?
Dije que hay dos aspectos en la práctica: uno es aprender las posturas y otro es consolidarlas. Tu práctica debe tener dos caminos. Pero normalmente, todos ustedes, todos, practican por un solo camino. Queremos aprender. Queremos hacer más. Queremos hacerlo mejor la próxima semana, el próximo mes, el próximo año. Y por eso queremos aprender, aprender y aprender, hacer, hacer y hacer. Nunca consolidamos.
Para consolidar, no tienes que hacer nada. Si haces siempre más y más, y nuevo y nuevo, ¿dónde consolidas? Para consolidar, debes darte cuenta de que no haces nada más y de que estas consolidando, asimilando; debes asimilar lo que has hecho y no tomar otro bocado. Para consolidar, lo primero que tienes que aprender es que el cerebro debe permanecer quieto. No importa si no llevas la mano hasta el suelo en Trikonasana. Si tu cerebro está quieto, quizá lo que necesites es un soporte para que la mano se apoye.
A veces debes practicar de tal forma que mantengas los puntos básicos, y el cerebro pueda permanecer quieto, sin tensión, sin violencia. Averigüa cuanto puedes avanzar y cuál es tu nivel óptimo. Siempre vas al máximo. “¿Cuál es mi máximo? ¿Cuánto puedo hacer en el máximo?” Pero nunca intentas alcanzar el nivel óptimo. El nivel óptimo es ahí donde puedes actuar con el mínimo esfuerzo, donde no utilizas presión, fuerza, voluntad, etc. Así es como debes practicar cuando quieres consolidar tu práctica. El principio de consolidación es “no hacer mas, sino mejor”. Hacer con menos esfuerzo y más relajación. Si intentas hacer más, lo harás peor, no mejor.
11. Libertad en el cuerpo
Cuando tienes un cuerpo difícil, un cuerpo rígido,
puede que tu mente ofrezca resistencia. Alcanzas un punto, incluso si quieres
aprender, donde el cuerpo es muy sensible: no quiere mas. ¿Qué quiere decir
esto? ¿Cómo tenemos que practicar para superarlo?
Veamos,
la rigidez esta en el cuerpo y si actúas sobre el cuerpo, sentirás la rigidez.
Pero tú no eres rígido en tus células, pues cada célula es un cuerpo
independiente. Por tanto, si trabajas a nivel celular, no sentirás rigidez. El
problema es que crees que la postura debe adoptarse perfectamente.
Supongamos
que alguien adopta Vrchikasana y toca la cabeza con los pies, y otra persona
efectúa Vrchikasana pero los pies quedan quince centímetros por encima de la
cabeza. ¿Qué pensarías? Puedes decir, “esta persona lo ha hecho mejor”, porque
toca la cabeza con los pies. No necesariamente; la otra persona puede haberlo
hecho mejor. Porque llevar los pies hasta la cabeza no es esencial en
Vrchikasana. Actuar sobre los riñones u otros órganos, actuar sobre la columna
y acceder a un estado mental, determinado es importante. Realmente, hay un
hecho claro: en el individuo que no ha tocado la cabeza con los pies hay un
sentimiento de humildad, lo cual es positivo; el otro individuo esta creando
espacio para alimentar el orgullo. De esta forma, ha hecho Vrchikasana, pero no
ha hecho yoga.
Cuando estas rígido o hay resistencia, ¿necesitas más
fuerza de voluntad, más y más…?
Todo
tiene ventajas y desventajas y no es preciso considerar un cuerpo rígido como
no cualificado y lleno de obstáculos.
Otras veces, sientes que te vuelves moldeable como un
trozo de chicle.
Eso
no es yoga. Eso es lo que decía antes, la goma de mascar no es yoga. No hay que
tocar necesariamente la cabeza con los pies en Vrchikasana.
¿Entonces la fluidez del cuerpo, la libertad corporal,
no es lo ideal?
La
libertad del cuerpo físico, equiparada a la flexibilidad, no es libertad en el
cuerpo mental. Por tanto, no contemples las asanas solo como posturas físicas.
Esto quiere decir que permiten acceder a la mente y si han hecho bien el
trabajo no hay problema de rigidez. Si has hecho lo que debes hacer en Janu
Sirsasana, no tiene que haber diferencia porque hayas alcanzado con la frente
la rodilla, la espinilla o el tobillo. Es absolutamente irrelevante.
A cierto nivel, podemos sentir que si avanzamos un
poco más allá en la postura, obtendremos diferentes efectos.
Si.
Puedes avanzar para obtener beneficios, pero no debes ir más allá con objeto de
alcanzar tus pies. En Janu Sirsasana, puedes apuntar a ir más allá para obtener
mejores efectos, pero no es preciso ir más allá para alcanzar los pies, para
llevar la cabeza a la rodilla. Y cuando lo que persigues es el efecto, no
importa si alcanzas la rodilla, la espinilla o más allá. Tienes que conocer los
efectos que tiene la postura y cuáles de ellos puedes conseguir. Supongamos que
mejora tu geometría interna, con lo cual vas a obtener mejores resultados; pero
si no lo estas obteniendo, no necesariamente es por no alcanzar la tibia en
Janu Sirsasana. Janu Sirsasana te proporcionará sus beneficios si haces una
psicodinámica correcta: un estado mental adecuado, con una biodinámica y una
fisiodinámica adecuadas. ¡Es irrelevante si alcanzas el muslo, la rodilla, la
tibia, el tobillo o incluso el pie!
Solo
tienes que lograr la geometría interna de la postura; a través de la geometría
externa hay numerosos factores que influyen. Tu columna puede ser más corta de
lo normal, o excesivamente larga; tus piernas pueden ser cortas —todas estas
cosas tienen su importancia. Así, la geometría interna es importante en asana y
nos permite alcanzar el estado mental de la postura, lograr el aporte orgánico
y mental. Y para conseguir la geometría interna, tenemos el instrumento de la
geometría externa. Por eso es por lo que he dicho muchas veces que una asana no
tiene que ser “fotogénica”. Tiene que ser “organogénica”.
12. Practicar y aprender
¿Cuál es la diferencia entre practicar y aprender?
Veamos,
normalmente cuando practicamos, estamos aprendiendo. No solo “practicamos”.
Esto significa que queremos hacer cada vez más, cualitativa y
cuantitativamente. Nuestro concepto de práctica no es correcto, pues incluso
durante la práctica, intentamos aprender cómo hacer más, cualitativa y
cuantitativamente. Si he hecho dos minutos de Janu Sirsasana estos días atrás,
¿puedo hacerlo durante tres minutos? Practico Sirsasana durante diez minutos,
¿puedo hacerlo durante quince minutos? Así es como efectuamos nuestra práctica.
Esto significa que durante la práctica intentamos hacer más e ir más allá; en
nuestra postura: más de Janu Sirsasana, más de flexiones hacia delante, más de flexiones
hacia atrás, aumentar los arcos, aumentar los estiramientos, aumentar las
torsiones. Tratamos de intensificar las posturas cuando hacemos nuestra
autodenominada práctica.
La
cuestión es: ”¿qué es práctica?” Práctica es algo que haces, que has aprendido;
se supone que no estas aprendiendo mientras practicas. Cuando esperas que tus
hijos aprendan algo, dices: “les he enseñado esto, ahora les toca aprenderlo; les
he enseñado una lección y ahora lo tienen que aprender” ¿Cuál será el
resultado? Los niños aprenderán de memoria la lección, el poema o lo que sea.
Igualmente, cuando practicamos, se supone que practicamos lo que sabemos y no
exploramos o intentamos descubrir más de lo que sabemos. Este es, en realidad,
el sentido de la práctica.
La
práctica es algo que se hace y esta relacionado con algo que se sabe; no
practicas algo que no sabes. Si no te han enseñado una asana concreta, por
ejemplo Viparita Shalabhasana, no la puedes practicar. Practicas lo que te han
enseñado. Hay que entender el concepto de práctica. A veces tienes que practicar
algo que no harás más. Pero aprendes igual que un niño aprende una lección de
memoria. Eso es lo que tienes que hacer.
Un
aspecto de la práctica es que no se debe aprender mientras se practica. Por
tanto, debes tratar de hacer esa postura, la que te hayan enseñado, de tal
forma que disminuyas en lo posible el esfuerzo, el derroche de esfuerzo, el uso
extra de la fuerza motor. Supongamos que el profesor te enseña Trikonasana.
Ahora bien, ¿cuál es la cantidad de esfuerzo que has invertido?, ¿cuánto supuso
adoptarla?, ¿cuánto deshacerla? ¿Cuánto fue el esfuerzo físico?, ¿cuánto el
esfuerzo mental?, ¿cuánta fuerza de voluntad? En clase decimos: “giren mas”, “estírense
mas”, y luego lo hacen ustedes.
Esa
es la forma de aprender. Cuando practiques debes saber lo siguiente: ¿cuál fue
el esfuerzo necesario para adoptarla ayer?, ¿puedo estar haciendo el mismo
nivel de postura con menos esfuerzo?, ¿puedo ser mas hábil, de tal forma que no
necesite tanto esfuerzo? ¿Si transpiré ayer profundamente con Trikonasana,
puedo hacerla hoy con menos transpiración, mañana con nada de transpiración y
pasado mañana con total relajación? Esto es madurez en la postura. Tienes que
lograr madurez en la postura.
Patañjali
dice: "Prayatna saithilya ananta samapattibhyam". [ 2 ] – El efecto
de asana debe ser tal que el esfuerzo cese. Ahora bien, cuando practicas, no
consideras este aspecto. Ninguna cuestión sobre cesación; siempre hay
disposición para la acción, intentas hacer mas, y mas, y mas —hasta que
transpiras, hasta que quedas exhausto, hasta que te agotas. Asi es como lo
haces. Y por tanto, esto no es práctica.
[ 2 ] Yoga
Sutra II.47: "Se logra la perfección en asana cuando el esfuerzo por
realizarla se torna no-esfuerzo y se alcanza el ser infinito interior”. B.K.S.
Iyengar, Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali.
En
la práctica, lo principal es lo siguiente: “¿puedo hacerlo con menos esfuerzo,
adecuada coordinación y correcta integración?” Cuando posees una adecuada
coordinación, una correcta integración, de forma natural el esfuerzo disminuye.
Si logras madurar tu práctica, el esfuerzo requerido será menor. Si eres
inmaduro, no aplicarás una correcta gestión del esfuerzo. No existe gestión del
esfuerzo si tienes una práctica inmadura. La práctica debe ser tal que puedas
madurar para que la misma postura se haga con menos esfuerzo, menos y menos
esfuerzo... y finalmente sin esfuerzo.
Debes
madurar cada nivel de tu postura. No creas que has madurado cuando alcanzas el
punto mas elevado de la postura, lo que muchas veces se define para una postura
como “nivel B.K.S.” No se puede imaginar una postura mejor que esa; estas son
las posturas que están en las paredes del Instituto, o en “Light on Yoga”; por
ejemplo, Kapotasana. El Kapotasana efectuado por Guruji es el objetivo, es lo
máximo para ti. Pero no tienes que esperar a madurar hasta que alcances ese
nivel porque puede que no lo alcances nunca. ¿Porqué no? No soy pesimista
diciendo que no podrás. Es la realidad.
En
cada nivel de la postura, tienes que consolidar, tienes que madurar. No esperes
a madurar hasta que hayas logrado el punto más alto de la postura. Debe
madurarse cada etapa. El otro día dije en clase: cuando tomas un bocado y esta
aún en la boca, no tomas otro. El primero tiene que bajar por la garganta, y
entonces puedes tomar otro; el primero no se engulle. Si estas loco, si tienes
prisa, si puede venir alguien, si puede verte alguien, entonces intentas comer
como un pájaro que solo traga y traga, para digerirlo mas tarde. Pero no es ese
el caso. Mientras haya un bocado en la boca, se supone que no tomarás otro.
Debe ser masticado, ensalivado y tragado, antes de que tomes el segundo bocado.
Igual
en tus posturas: cada vez que las haces, cuando las aprendes estas tomando un
bocado de postura. Deja que se asimile, que se digiera y penetre en tu sistema,
que penetre en la sangre y, así, Trikonasana mejorará. Nunca nos preocupamos de
consolidar esta etapa. Queremos avanzar más y más. Por eso nuestra práctica no
es realmente una práctica.
Es
decir, hay otro aspecto de la práctica, donde se supone que aprendes, pero
intentas ir mas allá, tratas de hacer mas y mas —porque ello aumentará tu
nivel. Lo que debes hacer es intentar madurar una etapa y no ir más allá. No te
gradúes. No vayas más allá.
Así,
tiene que haber una división en tu práctica. Una parte de la práctica es para
la consolidación, la digestión de la postura llevándola a la sangre y a las
células. El segundo aspecto de la práctica es que debes trabajar con ardor,
debes luchar e intentar alcanzar el siguiente nivel de la postura.
13. Aprender
Puedes decirnos algo mas sobre los conceptos de
“practicar para aprender” y “practicar para consolidar y madurar”?
Puede
que transpires. Puede que utilices accesorios y logres más tracción, más
empuje, más giro. Puede que pidas a alguien que tire de ti, te presione, te
gire, te estire. Este es otro aspecto. Cuando haces eso no estas practicando,
estas aprendiendo. La práctica debe dividirse en dos partes. Una es realmente
práctica, donde solo haces lo que aprendiste previamente. Desarrollas
discreción, sensatez para detenerte en algún punto, mantenerte en él y
consolidarlo.
El
segundo aspecto de la práctica es hacer más e intentar llegar al siguiente
nivel, titularte en Trikonasana, titularte en Urdhva Dhanurasana, titularte en
Sirsasana. Esto no es práctica; es aprendizaje. Además debes hacerlo por ti
mismo, no tienes que aprender siempre con un profesor. Puedes aprender tu solo.
Conoces la técnica de la postura, lo que puede hacerse. En el caso de Janu
Sirsasana, sabes que puedes avanzar hacia la tibia; si ahora llegas a la
rodilla o hacia la mitad de la tibia, puedes ir mas allá porque sabes que la
espalda esta redondeada, no esta aún totalmente plana, por tanto sabes que
puedes avanzar y trabajar en esa línea.
Por
tanto, la práctica tiene dos aspectos que hay que contemplar: aprendizaje y
consolidación. Cuando aprendes, transpiras. Cuando aprendes, te agotas. Eso
esta previsto, pues es lo único que te hará progresar, pero si deseas progresar
continuamente, no podrás mantener la gráfica hacia arriba. A causa de varios
factores (como la edad, por ejemplo) vas a ir hacia atrás. Si estas
progresando, progresarás en tus veinte, treinta, cuarenta y cincuenta años.
Pero, aunque no nos guste oírlo, después de los cincuenta, vas a ir hacia
atrás. Si no a los cincuenta, a los cincuenta y cinco; y si no, a los sesenta,
sesenta y cinco, setenta, setenta y cinco u ochenta. En algún momento empezará
el declive. Aunque trabajes duro, nunca tendrás un progreso irreversible.
Buscas
el progreso y crees que la gráfica del progreso apunta hacia arriba. Una vez más,
te equivocas. No es necesario que la gráfica del progreso este siempre hacia
arriba. Por ejemplo, si entre los veinte y treinta años hay un ángulo de
progreso agudo, entonces, de los treinta a los cuarenta, el ángulo se irá
haciendo progresivamente menos agudo. Esto aún será progreso. Entre los
cincuenta y los sesenta, si aún practicas, todavía habrá progreso. Entre
sesenta y setenta años, si puedes mantener la práctica al mismo nivel, eso es
progreso. Si a los ochenta mantienes lo mismo, se trata de un progreso increíble.
Por tanto, no creas que el progreso es solo una gráfica hacia arriba.
Este
hábito de “mantener” debe desarrollarse en todas las etapas, pues en otro caso
te sentirás frustrado. En todos los niveles debes hacer esto para que puedas
asimilarlos. Si penetra en tu organismo, entonces la percepción en la postura
aumenta. Si estas yendo hacia arriba, no miras a tu alrededor. Cuando subes una
montaña, en algún sitio tienes que parar y mirar alrededor; cuando estas
escalando tienes que mirar hacia abajo. Tienes que comprender este aspecto del
progreso: cuando realmente progresas, tienes que mirar hacia abajo, y si
quieres mirar alrededor, debes parar y podrás mirar al cielo.
No
puedes escalar mirando al cielo. Por tanto, el progreso no es un progreso del
todo, porque no obtienes moderación ante las circunstancias. Cuando estas
haciendo, sea práctica o aprendizaje, debes encontrarte siempre en un nivel.
Mira alrededor, mira por encima, mira a los lados, mira hacia abajo, y a así
aprenderás muchas cosas. En caso contrario, la mayoría de los estudiantes de Iyengar,
aún siendo muy sinceros, están siempre escalando. No miran alrededor y por eso
pierden la percepción. Por otro lado, ninguna etapa se asimila sin el aspecto
consolidante. La intensidad de la práctica disminuye por varios motivos:
enfermedad, falta de vigor, envejecimiento, etc. Entonces, el practicante tiene
que quedarse ahí y termina frustrado.
Debes
entender que en cualquier nivel en que te encuentres, puede haber progreso. Si
a los setenta eres capaz de hacer lo mismo que a los cuarenta, hay un gran
progreso. No obstante, la consolidación en la práctica es muy importante, pues
de otra forma no captarás las complejidades de las posturas y no podrás
aprenderlas. El proceso del pensamiento no tiene lugar cuando estas luchando.
No puedes estar pensativo, reflexivo, meditabundo. Básicamente, no asimilas la
postura. Bocado tras bocado, hay una constante ingestión de técnicas. Quieres
saber cuantos detalles conoces de Trikonasana; si conoces cien pero alguien
conoce trescientos, bueno, tengo que lograr esos trescientos. Así, lo que
quieres es ingerir: “¿cuántos detalles puedo conocer de Trikonasana?, ¿cuántos
de Tadasana?, ¿cuántos detalles técnicos puedo aprender?” Por eso, dices a
menudo: “oh, he aprendido muchos puntos en esta lección”. Puede que tu profesor
diga: “les voy a enseñar algunos detalles”, puede que tu digas: “he aprendido
unas cuantas técnicas mas”. Todo esto se relaciona únicamente con obtener mas y
mas detalles técnicos, lo cual es simplemente una ingesta. ¿Dónde están el
espacio y el tiempo para digerirlo?
A
cada momento, en cada etapa, la práctica debe ser tal que puedas digerirla.
Pero incluso no solo de tarde en tarde; les he dicho que deberían “hibernar”.
¿Porqué solo digerir? Porque solo podemos digerir; una vez que se ha digerido,
no hacemos nada, no podemos hacer nada. Pero los animales, después de la
digestión, hibernan: regurgitan la comida a la boca, la vuelven a masticar y
nuevamente la llevan al interior. No podemos hacer esto, pero si que podemos
aprender a hibernar. En la práctica, tu también puedes desarrollar este
concepto para digerir lo que hayas aprendido y no empujar las cosas
constantemente hacia tu interior. No debes tragar continuamente. No enloquezcas
con las técnicas: “¿cuántas técnicas puedo conseguir?” En su lugar, piensa:
“tengo que asimilar lo que me han enseñado”.
14. El maestro interior
La práctica puede
dividirse en dos partes: consolidación y aprendizaje. Cuando aprendes, es
preciso que avances, es necesario que transpires. Por lo tanto, tienes que
comprender este aspecto de la práctica, de tal forma que desarrolles también en
la postura capacidad intelectual para reflexionar, para considerar, puesto que
cuando estas objetivando tu cuerpo reflexionas en la postura. Cuando
reflexionas no estas haciendo, estas observando. Eso es tu maestro interior, porque,
en definitiva, ¿qué hace un maestro? Te observa y dice: “esto es correcto; esto
es incorrecto; haz esto; haz aquello”. Por tanto, puedes tener tu maestro
interior cuando permaneces en un estado reflexivo, pues estas observando, eres
un testigo. Cuando eres un espectador, sabes que este punto no se ha hecho,
este otro se ha hecho de forma exagerada, aquel se ha efectuado de forma
deficiente; asi es como percibes tus propios errores. Y así es como empiezas el
aprendizaje de aprender. Aprender a enseñar, enseñar a aprender y enseñar a
enseñar.
El yoga es una
técnica de investigación donde eres al mismo tiempo discípulo y tu propio
maestro. Como dije el otro día en clase, quieres que tu maestro te entienda de
la mejor manera posible. No te gusta un maestro que no te entienda, que no
comprenda tus problemas. Inmediatamente, rechazas un maestro que no comprende
tus problemas; quieres un maestro que te comprenda. Pues bien, ¿quién te
comprende mejor que nadie? Sabes que quien mejor te comprende eres tu mismo. Por
eso siempre reprochas a los demás: “no me comprendes”, porque tu te comprendes
a ti mismo. Puesto que te comprendes a ti mismo, puedes tener en tu interior al
mejor maestro, el cual siempre estará contigo, te comprenderá en cualquier
situación y sean cuales sean las dificultades en que te encuentres.
Todos acuden a
clase, pero no piensen que el maestro conoce todos tus estados de ánimo. Quizás
alguno se encuentre enfermo en su casa, uno tenga que ir al juzgado después de
la clase, otro tenga una cita importante, otro más tenga que reunirse con
alguien, o quizás a alguien le haya ocurrido algún suceso crucial antes de
clase. No puedes esperar que el maestro sepa todo eso.
Además, tratarás de
ocultar estos temas cuando asistas a clase. Supongamos que vas a reunirte con
un abogado después de clase; no vendrás diciendo: “estoy nervioso; tengo que
reunirme con un abogado”; dirás: “¡dale, vamos a clase!”. O alguien puede estar
enfermo en tu casa. Puedes venir con distintos estados de ánimo pero cuando
enseño, intento igualarte con los demás. Sin embargo, cuando estas solo sabes
en qué estado estas, en qué estado vas a encontrarte después de la práctica, es
decir, si vas a ir al juzgado y esperas un juicio importante. Puedes
comprenderte y ser mejor maestro tu mismo que un maestro externo. Esto es lo
que sucede a partir de un cierto nivel.
Un principiante no
tiene esta ventaja. Eso es solo para los estudiantes intermedios y avanzados.
Porque sabes ya suficiente, conoces Trikonasana, conoces Sirsasana, conoces
Sarvangasana. No es necesario un maestro que te este dando consejos a cada
momento: “haz esto; haz aquello”. Cuando sabes, puedes regularte tu mismo,
dependiendo de la situación. Necesitas tu maestro interior. Para enseñar a
otros debes primero estar cualificado para enseñarte a ti mismo; debes ser tu
propio maestro. Y por tanto, se trata de una técnica de investigación donde
eres tu propio maestro, donde eres tu propio alumno.
Muchas veces, damos
la clase de tal forma que aprenden a aprender. No siempre debes estar
aprendiendo o el maestro enseñando. Tienes que aprender a aprender. Debes
aprender a enseñar, porque estas enseñando a tu propio cuerpo. Debes enseñar a
enseñar. Debes enseñar a aprender. Esta es una técnica que podríamos denominar
“heurística”. De acuerdo con el diccionario, “heurístico” se aplica a “todo
estudiante que es maestro de si mismo”. Entonces, ¿qué implica esto? Tienes que
aprender a aprender, aprender a enseñar, enseñar a enseñar y enseñar a
aprender. Piensa en estas cuatro cosas.
Aprender a aprender,
asi es como tienes que aprender. Es también un proceso de aprendizaje. ¿Cómo se
aprende algo? Muchos estudiantes leen libros, los estudian, se les enseña en
clase, se les enseña en escuelas, y aún así, no aprenden. El maestro sigue con
su enseñanza pero ellos no aprenden, porque no saben cómo aprender las cosas.
Por tanto, debes saber cómo aprender: aprender a aprender.
También tienen que
aprender a enseñar, porque son maestros. Al menos, maestros de vosotros mismos.
Deben aprender a enseñar, aprender cómo enseñar. Después, enseñar a enseñar.
Deben enseñar también como enseñar, lo que denominan “curso de profesor” ¿Qué
se enseña aquí? Se les enseña a enseñar, es decir, “enseñar a enseñar” Y
después, enseñar a aprender. Así es como debe efectuarse la práctica y como
deben conducirse las clases, como un maestro. Todo esto debe ponerse en
conocimiento de los alumnos. Hay que hacer a los estudiantes independientes.
Ellos dependen del maestro. Deben despertar su sensibilidad; deben saber lo que
están haciendo.
15. Práctica de alta tecnología
Algunas personas practican una serie demasiado exigente; se diría que
no están preparadas para esa práctica. Necesitan que les des ánimos.
Si, esto depende de
la personalidad de los estudiantes. Cuando vienen solo a unos pocos seminarios,
esperan que tu les empujes, que tires de ellos, les gires y les ayudes a
levantar. Eso es lo que esperan. Bueno, esa es su forma de ser; hay que hacerlo
lo mejor posible ayudando cada uno individualmente. Pero si crees que pueden
mejorar, que pueden titularse, entonces hazlos autosuficientes.
En la práctica, todo
esto se basa en un sutra que trata del dominio en asana [3]. ¿Qué es dominio?
No es lucha constante; es madurez. Debe haber madurez; debe haber cesación de
esfuerzo. ¿Y qué puedes esperar cuando eres experto en algo? Esperas ser capaz
de obtener lo mismo con menos esfuerzo. Eso es dominio. Por tanto, ¿cuándo
aprendemos a hacer la postura con menos esfuerzo? No lo hacemos. Todos hacemos más
de lo debido. Siempre ponemos más esfuerzo de lo debido en las posturas. Nunca
nos preocupamos en pensar: “¿puedo hacer la misma postura con menos esfuerzo?”.
Eso es “práctica de alta tecnología”.
Han visto a Guruji
varias veces. Esta sobre un soporte, o sin él, en Viparita Dandasana durante
quince minutos, veinte minutos, o incluso media hora. ¿Piensan que esta
luchando durante media hora? Si luchase durante media hora, no podría estar así
esa media hora. Pregúntenle, o contemplen su media hora de Viparita Dandasana, observen
como lo hace y luego puede que digan: “voy a tomarle una foto en Viparita
Dandasana”. Cuando está haciendo Viparita Dandasana, en un instante concreto,
en solo la dieciseisava parte de un segundo, ¿qué es lo que pasa?
Si lo han visto a
Guruji, los detalles mencionados anteriormente se hallan ahí. Por eso dije
anteriormente que debía existir percepción; si la percepción varía, serás una
persona distinta a cada momento. Cuando Guruji practica, cuando permanece media
hora en una postura como Viparita Dandasana, una postura complicada, ¿crees que
está continuamente manipulando, haciendo y haciendo? Al principio actuará de
forma dinámica hasta alcanzar la postura, pero una vez lograda, ¿está
continuamente ajustando durante la media hora, o permanece quieto unos minutos
hasta el siguiente ajuste? Imagina, cuando hacemos Viparita Dandasana en clase,
durante aquel par de segundos, como máximo un minuto o algo parecido.
Constantemente decimos: “haz esto, haz aquello, levanta aquí, estira allí”,
etc.
Y así es como lo está
haciendo también Guruji, al inicio de la postura, al comienzo: levanta aquí,
estira allí, abre aquí, etc. ¿Crees que si permanece durante media hora, estará
continuamente haciendo esto? Simplemente: contempla solo cómo esta, cómo actúa,
y te asombrarás.
¿Te has preguntado
alguna vez qué es lo que hace, si está haciendo algo, o si, por el contrario,
esta no-haciendo? ¿Te lo has preguntado alguna vez? Puede permanecer así,
porque esta no-haciendo. Si estuviese haciendo, su boca estaría extenuada, sus
mandíbulas estarían extenuadas —y no puedes imaginarte cuánto utilizas las
mandíbulas en Viparita Dandasana, los dientes y las mandíbulas, la cara. Si
tratas de permanecer durante media hora en el Viparita Dandasana que haces en la
clase, nunca más lo intentarás. En un solo segundo, observa como endureces el
rostro, el cerebro, las mandíbulas, los dientes, los ojos; ¡cuántas cosas
haces!. Ahora, imagina que haces eso mismo durante treinta minutos. ¿Podrás
aguantarlo? ¿Durarás treinta minutos?
¿No te has
preguntado si, cuando Guruji permanece así, en lugar de actuar, se halla en un
estado de no-actuar?
[3] Yoga Sutra II.47:
"Se logra la perfección en asana cuando el esfuerzo por realizarla se
torna no-esfuerzo y se alcanza el ser
infinito interior”. B.K.S. Iyengar, Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali.
¿Cuál es el sutra que explica esto?
Son los sutras sobre
asana, en el segundo capítulo. Hay tres sutras sobre asana [4] y uno de ellos
dice: "Prayatna saithilya ananta samapattibhyam". Prayatna saithilya:
cesación de los esfuerzos excesivos mediante la reflexión, o la meditación en
el infinito. Por tanto, si pretendes estar meditativo en una postura, no debes
apretar mandíbulas y dientes. Tu cerebro no debe estar tenso y duro.
Así, cada postura,
independientemente de su complicación, tiene su propio nivel de relajación.
Debes alcanzarlo. No todas las posturas tienen el mismo nivel de relajación,
puesto que puedes relajarte más en Halasana que en Viparita Shalabhasana. ¿Sabes
lo que es Viparita Shalabhasana? Viparita Shalabhasana es justamente la inversa
de Halasana, te tiendes sobre el estómago y llevas las piernas por encima de la
cabeza. Por tanto, tiene su propio nivel de relajación; no puedes decir: “estoy
tan relajado como en Sarvangasana o Halasana”. No es la misma relajación, pero
cada postura tiene su nivel de relajación. Vrchikasana tiene su propio nivel de
relajación.
Tanto Swastikasana
como Vrchikasana son posturas en las que debes relajarte, pero sus niveles son
distintos. Esto no significa que en Vrchikasana tengas que morderte los labios
y apretar las mandíbulas porque se trate de una postura difícil. En todas las
posturas tienes que lograr “comodidad”, y solo puedes lograr comodidad cuando
eres maduro, cuando no hay aprendizaje. Cuando estas aprendiendo, te encuentras
torpe; cuando estas torpe, hay una super-combustión. Cuando estas aprendiendo
generas calor en el cuerpo. ¿Recuerdas aquellos días en que estabas aprendiendo
una serie, lo tenso que estabas? ¿Estás tan tenso ahora cuando haces la misma
serie? No. Porque has madurado. Si te preguntan: “¿qué puedes hacer para lograr
el equilibrio?”, no puedes responder. Pero entonces, ¿por qué te caes diez
veces cuando estas aprendiendo? Eso es madurez. Si haces siempre la práctica
como si estuvieses aprendiendo una serie, entonces te caerás siempre, siempre
te lesionarás y estarás en tensión.
[4] Yoga Sutra II.46:
"Sthira sukham asanam". - "Asana es firmeza corporal perfecta,
estabilidad de inteligencia y benevolencia de espíritu”. Yoga Sutra II.47:
"Prayatna saithilya ananta samapattibhyam". - "Se logra la
perfección en asana cuando el esfuerzo por realizarla se torna no-esfuerzo y se
alcanza el ser infinito interior”. Yoga Sutra II.48: "Tatah dvandvah
anabhighatah". - "A partir de entonces, el sadhaka no es perturbado
por las dualidades”.
B.K.S. Iyengar, Luz
sobre los Yoga Sutras de Patañjali.
16. Actuar inteligentemente y actuar pensativamente
Tú distingues entre “actuar inteligentemente” y
“actuar pensativamente”. ¿Puedes explicarlo?
En
el proceso de aprendizaje hay un pensamiento: “¿cómo podría hacer mas?, ¿dónde
podría hacer mas?, ¿cuándo debería hacer mas?, ¿cómo hacer mas?”. Estas pensando
incluso durante el aprendizaje. Por eso lo afirmo que “actuar inteligentemente”
y “actuar pensativamente” son dos cosas distintas.
Cuando
estas haciendo Trikonasana inteligentemente, te preocupas siempre por los pies,
los dedos, los tobillos, las partes superior e inferior de la pierna. Estas
constantemente pensando: “he actuado aquí, he actuado allí”, desde los dedos
gordos de los pies hasta las puntas de los dedos de las manos. Hay millones de
puntos y tú sigues cuestionando esos millones de puntos, moviéndote
constantemente de articulación en articulación, de músculo en músculo, de hueso
en hueso, eso es “actuar inteligentemente”. No es “actuar pensativamente”.
“Actuar pensativamente” es un estado reflexivo. “Actuar inteligentemente” es un
estado pensativo, no un estado reflexivo.
Cuando
estas aprendiendo, tienes que pensar, no lo haces sin pensamiento. Tienes que
pensar mientras aprendes. En clase, cuando te enseñan, deberías pensar también
en lo que se esta diciendo y en como puede llevarse a la práctica. Si el
maestro dice: “expandan el esternón”, debes saber como elevar el esternón, qué
es lo que hay que hacer para expandir el esternón. Por tanto, tienes que haber
pensado también en ese caso. Pero se trata de un proceso de pensamiento
diferente; es un proceso de pensamiento más mecánico, relacionado con la
actividad mecánica.
Se
relaciona con la actividad psicológica cuando hay reflexión, cuando se trata de
actuar pensativamente. En cualquier caso, básicamente la práctica se divide en
dos partes: aprendizaje y consolidación. Y cuando aprendes, cuando practicas
para consolidar estas madurando y alcanzas lo mejor de la postura. Todos los
niveles de una postura tienen algo que ofrecer. No creas que solo cuando llegas
a la postura final es cuando se logran los beneficios. No.
En
cada nivel, las asanas tienen algo que ofrecer. Incluso si estas en Janu
Sirsasana y no eres capaz de llevar la cabeza a las piernas, la postura aún
tiene algo que ofrecer. No creas que en Janu Sirsasana todo tu cuerpo tiene que
estar plano sobre la pierna mientras te sujetas con las manos en algún lado
para obtener beneficios. No esperes hasta que alcances el “nivel B.K.S.” de la
postura para lograr sus frutos, porque el fruto puede alcanzarse en cualquier
nivel. No tienes que esperar a alcanzar el nivel de perfección de las asanas que
están en el libro “Light on Yoga” para lograr el fruto. El fruto madura en cada
nivel. Intenta probar ese fruto en cada postura, en cada nivel.
17. Organización del esfuerzo
Mientras hablas es muy fácil entenderlo, pero cuando
practicas creo que esa mente reflexiva es como un don, unas veces se te concede
y otras no. Cuando no tenemos esa mente reflexiva, hay una especie de lucha.
¿Cómo se puede hacer para tenerla?
Si,
desde luego es algo que tiene que surgir. He explicado los fundamentos para
lograr un estado sin esfuerzo, con el cual estarás cualificado para la
reflexión. A menos que logres un estado sin esfuerzo no estarás dispuesto para
la reflexión. A menos que alcances un estado sin esfuerzo no podrás obtener un
estado reflexivo; esto es algo que debes comprender.
Si
no cesa el esfuerzo, el lago de la mente no estará quieto; si el lago no esta
quieto, no puedes obtener reflexiones sin distorsión. El agua se perturba
constantemente; por tanto, no puedes obtener reflexiones. Hay un sencillo
ejemplo que he expuesto varias veces en clase: Janu Sirsasana. Dado que eres un
estudiante serio, intentas avanzar, ir hacia la máxima posición esforzándote al
máximo. ¿Qué se supone que tienes que hacer a continuación? ¿Puedes mantener
Janu Sirsasana disminuyendo la fuerza motriz de bíceps, triceps y hombros? Janu
Sirsasana no tiene por objeto trabajar bíceps, triceps y deltoides. Hay cientos
de posturas si quieres desarrollar deltoides, biceps y triceps. Janu Sirsasana
no esta diseñada para tus bíceps, pero cuando la estáis haciendo, todos
utilizáis bíceps y tríceps.
Por
tanto, analiza cuanto esfuerzo es preciso para obtener “la mejor” Janu
Sirsasana, en ese preciso momento, y ahora podrás disminuir tu esfuerzo y mantener
todavía Janu Sirsasana. Algunas veces serás capaz de llevar a cabo este
proceso; el esfuerzo será menor, la tensión física del cuerpo bajará poco a
poco, pero el nivel de la postura no disminuirá. Esto es así solo durante un
tiempo concreto. Luego, el nivel de la postura comienza a retroceder. No hay
que pararse aquí. Nuevamente hay que volver a alcanzar el punto anterior: he
bajado un 10% del esfuerzo, pero la postura solo ha perdido un 8% de efectividad;
el saldo es positivo aún. Nuevamente disminuyo otro 10% el esfuerzo y pierdo
solo un 7% de efectividad; todavía vuelvo a recuperarme. Pero cuando pierdes un
10% y la postura también pierde un 10%, entonces hay que parar, no hay que
disminuir más el esfuerzo.
A
medida que maduras la postura, obtienes un nivel mas avanzado —todavía puedes
disminuir el esfuerzo sin bajar el nivel de la postura. Esta es una forma. Así
pues, concéntrate en retirar toda fuerza muscular superflua —puede que estés
utilizando las mandíbulas o los dientes en algunas posturas. Quizás haces
esfuerzos innecesarios; puedes hacerlo sin apretar las mandíbulas, sin tensar
las sienes, sin endurecerlas. En consecuencia, aprender a analizar, tienes que
ponerte a ello completamente, sinceramente, y empezar a aflojar; este es un
camino.
El
otro método es iniciar la postura a un nivel intermedio de Janu Sirsasana, por
ejemplo, y permanecer vigilante. Si permanezco, digamos 10 unidades, ¿puedo
estar mas de 10 unidades en la postura?. Esto es matemáticas. Igual que los
perezosos o los que no quieren trabajar, que intentan eludir responsabilidades,
hay que evitar trabajar, hay que liberarse del trabajo lo antes posible. Ponen
a algún otro en su lugar o se escapan cuando surge el trabajo. De igual forma,
deberías preguntarte: “¿tengo que hacer esto?, ¿puedo lograr un nivel de Janu
Sirsasana utilizando menos esfuerzo del que he estado utilizando estos días? Es
una especie de regateo. Igual que regateas cuando compras —quizás no en tu país,
incluso en este país se ha perdido la costumbre; las etiquetas están ahí y no
se puede regatear. Pero regateas. En cualquier caso, la cosa es que puedes
regatear, empezando desde un nivel inferior y poco a poco ir hacia un nivel
intermedio manteniendo el mismo esfuerzo.
Algunas
veces, tendrás que efectuar toda tu práctica de esta forma. Esta es la fase de
consolidación: “¿puedo mejorar la postura con menos esfuerzo?, o ¿puedo
intensificar la postura sin hacer mas esfuerzo?”. A veces es posible.
Empujas
y tiras de forma innecesaria, donde no es preciso. No creas que esta
justificado estar al máximo en las posturas, pues si te empleas al máximo en
Janu Sirsasana no podrás efectuar flexiones mas difíciles hacia delante, a
causa de haberte empleado a fondo en Janu Sirsasana. Cuando te implicas al
máximo, te quedas apegado a la postura. Si Paschimottanasana requiere diez
veces más energía, no la tendrás. No la tendrás porque habrás utilizado toda la
energía para Janu Sirsasana; es decir, el 100% de energía. Es decir, aun suponiendo
que Paschimottanasana requiera dos o tres veces más energía que Janu Sirsasana,
no tendrás energía suficiente y no podrás efectuar Paschimottanasana. Debes
saber que quizás tu concepto de que Janu Sirsasana requiere el 100% de energía
puede ser erróneo. Quizás no requiera tanta. No creas que eso es lo correcto;
se trata de una tontería. Utilizar toda nuestra energía para todas las posturas
no es lo correcto, porque algunas posturas son menos complicadas y otras son más
complicadas. Hay una gran diferencia entre los esfuerzos requeridos para
Trikonasana, Utthita Parsvakonasana, Sirsasana y Parivrtta Parsvakonasana. Así,
si te esfuerzas al máximo en Trikonasana, no podrás esforzarte al máximo en
Parivrtta Parsvakonasana. No es correcto esforzarse al máximo en Trikonasana;
deberías saber cuanto esfuerzo requiere; pues, todo lo demás, todo el esfuerzo
extra, va a ser innecesario.
Supongamos
que quieres ir al mercado y comprar algo, quizás diez o quince kilos de
vegetales. ¿Eres inteligente como para llevar un carrito que pueda transportar
quince kilos de vegetales?, ¿serán suficientes las dos manos? No es inteligente
llevar un carrito de veinte o treinta kilos de resistencia. ¿Por qué no te
preguntas en tu práctica si estas llevando un carrito adecuado para transportar
solo diez o quince kilos? Esto es organización del trabajo, lo cual es muy
esencial, y te ayudará a gestionar la eliminación del esfuerzo. En otro caso,
nunca lograrás la postura. Cuando estas practicando, por ejemplo Janu
Sirsasana, la forma de aprender es: “¿cuánto esfuerzo necesita?, ¿cuánto
esfuerzo utilizo?, ¿cuánto esfuerzo puede utilizarse?”. Cuando respondas estas
cuestiones, debes optar finalmente por: “¿cuánto esfuerzo debería utilizar?”, y
no “¿cuánto esfuerzo puedo utilizar?”.
Supongamos
un levantador de pesas que puede levantar 300 kilos y esta intentándolo en el
campeonato mundial. Si le pones ahora solo 5 kilos, ¿levantará el peso de la
misma forma? Y si lo levanta de la misma forma, ¿será inteligente o estúpido?
Tiene
que existir una gestión del esfuerzo. Por tanto, averigua cuanto requiere una
postura y si es preciso utilizar fuerza extra. Si llegas a mitad de la tibia en
Janu Sirsasana y aumentas el esfuerzo, nunca irás más allá de los pies. ¿Porqué
tienes que ejercitarte tanto?, ¿porqué tanto esfuerzo? Por eso es por lo que
digo: “si te empleas al máximo, estarás en el límite”, lo cual no es lo
previsto.
Cuando
comprendes las matemáticas que se hallan implícitas, llegas a desarrollar una
facultad reflexiva, la esencia de las matemáticas, “no necesito tanto, esto
esta disponible, esto se necesita, esto se aplica” y “¿cuánto mas puede
aplicarse?, ¿cuánto menos puede aplicarse?, ¿cuánto puede efectuarse?” Las
matemáticas penetran en tu mismo ser, en tu mismo cuerpo, y te das cuenta de
que: “no necesito tanto esfuerzo, ¿estoy aplicándolo de forma superficial?, o
estoy usándolo deficientemente?” No puedes hacer grandes progresos en un
momento determinado. No puedes mejorar Janu Sirsasana mediante saltos y
accesorios en un solo día —esto puede llevar de seis meses a un año. Por tanto,
¿por qué tienes que hacer tanto en un solo día? Aprende a conservar el
esfuerzo.
Prayatna saithilyam (la
relajación del esfuerzo) es lo principal de asana; debes intentarlo, en
cualquier nivel de la postura: “¿puedo disminuir el esfuerzo? Este es el hábito
que debes desarrollar durante la práctica de las asanas. Este es el principal
concepto dado por Patañjali. Has visto a Guruji practicando; puede permanecer
largo tiempo con comodidad. Esto se consigue tras una práctica ferviente y una
constante disminución del esfuerzo.
18. Robar los ajustes
Has dicho: “tienen que robar los ajustes”. ¿Puedes explicar este
vicio o virtud?
Si.
Hay varias cosas. Digo “robar los ajustes”, porque han oído decir a Guruji:
“para mover una parte, hay que moverlo todo; para mover una parte, hay que
obtenerlo todo”, y solo podrán hacer esto cuando estén robando. Si haces algo
muy manifiestamente, “expandan el esternón”, y extiendes el esternón, ¡implicas
a tantas partes! ¿Comprendes la diferencia entre extender el esternón en
Tadasana y extenderlo en Ujjayi Pranayama? Puedes intentar dar un salto en
Tadasana para extender el esternón; pero no puedes dar un salto mientras estas
sentado en Ujjayi Pranayama. ¿Por qué lo haces así? ¿Cómo levantas el esternón
sentado en pranayama? Lo haces de forma delicada, robas. Robas el ajuste. Robas
el ajuste de tal forma que las otras partes no se enteran. No solo no son
molestadas, es que ni siquiera saben que se levanta el esternón. ¿Qué supone
esto? Cuando tratas de hacer algo sin que se enteren los demás, se trata de un
robo. Y esto debes desarrollarlo en tu práctica. Cuando haces asanas, el ajuste
no es brusco, es un proceso, porque hay muchas cosas implicadas. Nuestro cuerpo
es como un sistema entrelazado.
¿Sabes
lo que es un “sistema entrelazado”? Un sistema entrelazado es como el cordón de
los zapatos. Si mueves el cordón por un agujero, lo mueves por todos. No puedes
mover el cordón solo por un agujero. Si lo mueves muy suavemente, aunque solo
sea por un agujero, lo estarás moviendo igualmente por todos. Así, en el
cuerpo, si haces algo en algún sitio, creas movimiento por todas partes. El
cuerpo es un sistema entrelazado. Si trabajas en el sistema respiratorio,
influencias otros sistemas; si trabajas en el sistema digestivo, influencias
otros sistemas. En asana, no puedes decir sencillamente: “estoy trabajando solo
en el sistema respiratorio, el óseo o el muscular”. No puedes hacerlo así.
Trabajas en todos los sistemas.
Cuando
haces un ajuste, sin embargo, debes ser consciente de esto. En cierto aspecto,
parece que no se afectan otras partes y también se mueven todas las partes.
Debes ser prudente. El ajuste no debe ser un “Big-Bang”. El ajuste es un
proceso y por tanto, deberías robarlo, como un ladrón. ¿Sabes en qué consiste
robar? El ladrón es prudente. Dije en clase que si tienes diez mil rupias en el
bolsillo derecho, estarás pendiente de ellas todo el tiempo, tu mente estará
allí todo el tiempo. Pero, más aún, tienes que ser un carterista. Y un ladrón,
cuando trabaja, es consciente de toda la gente que hay alrededor. Tiene cuidado
de que nadie se de cuenta, de que nadie sepa que esta robando y así es como
roba. Así es como deben hacerse los ajustes. Son ajustes robados.
19. ¡Una cosa mas!
¿Cómo
expandir el pecho? ¿Te has preguntado esto alguna vez? ¿Nunca elevar el pecho?
No puedes sacar el pecho. La acción no se sitúa en el pecho. Cuando el profesor
dice: “eleven el pecho el pecho”, no actúas sobre el pecho, actúas en la
espalda. Ahora, separa las costillas en la zona de la espalda. Sin dejar que se
junten, ¡saca el pecho! ¿Puedes hacerlo? No ¿Porqué? Una cosa es la espalda y
otra el pecho. Ahora junta las costillas en la zona de la espalda y hunde el
pecho. ¿Puedes hacerlo? ¿Porqué no? El profesor dice: “hundan el pecho”; y
tienes que preocuparte por tu pecho. Existen técnicas indirectas y técnicas
directas. Hay un proceso, cuando sacas el pecho, no lo sacas directamente. Se
inicia alguna otra cosa. Finalmente el pecho sale como una consecuencia. No es
la causa. Cuando el profesor dice: “eleven el pecho”, se supone que no sacas el
pecho, se supone que mueves la espalda. Todas estas percepciones surgen cuando
tienes esta reflexión en tu práctica. “¿Realmente estoy sacando el pecho?”.
Todos los profesores dicen: “eleven el pecho”. Pero tu no puedes sacar el
pecho. No lo sacas. Nunca puedes sacarlo. Tienes que trabajar solo en la
espalda.
Por lo tanto, el ajuste es un proceso que se descubre al
practicar con discernimiento. A veces ves una película en cámara lenta. ¿Para
qué? De esta forma puedes ver con claridad lo que ha sucedido. ¿Porqué no
comprender el lento movimiento de tu ajuste? ¿Cómo ajustas? ¿Qué es lo que
implica un ajuste? Ajuste no es por lo tanto un Big
Bang, no debe ser un Big Bang. Debe ser un proceso. Si es un proceso,
comprenderás todos sus niveles. ¿Cuántas cosas están implicadas? ¿Cuál es el
orden secuencial en que se desarrolla todo el proceso? Y ciertamente, la
inteligencia en la práctica, en las posturas, aparecerá cuando actúes con
reflexión, con discernimiento; y esto solo será posible cuando se lleve a cabo
una gestión del esfuerzo.
Todos
creemos que el Yoga Iyengar es un trabajo muy duro. Por desgracia, estas en un
camino equivocado. ¡El Yoga Iyengar no es un mal negocio! La creencia de que
hay que trabajar duro es errónea. Crees que debes transpirar. Tienes que
transpirar pero no creas que esto solamente es el Yoga Iyengar. Transpirarás
como parte de un proceso, en las etapas de aprendizaje, o fuera del proceso de
hacer para aprender. Pero no creas que transpirar es el Yoga Iyengar.
Cuando
observas a Guruji, en sus demostraciones, su elegancia, ¿podrías afirmar que
esta fatigado por ello? Has visto que puede hablar normalmente después de una
demostración, que esta relajado. No finaliza como un boxeador después de un
asalto. ¿Por qué no miras en su práctica todas estas cosas y luego intentas
definir lo que es el sistema? Entonces comprenderás que todo lo que estoy diciendo
esta dentro del sistema, hay que investigarlo. Realmente, si todo esta en la
superficie; estas en el camino equivocado porque te ves arrastrado por sus
posturas. ¿Cómo hace Trikonasana?, ¿cómo hace Vrchikasana?, ¿cómo hace
Kandasana?, ¿cómo haces esto y aquello? Estas arrastrado por algo y no ves como
lo estas haciendo. En las posturas difíciles, como actúas, ¿actúas igual que cuando
haces Viparita Dandasana en clase? ¿trabajas igual en la cara, mandíbulas,
dientes y ojos? Si no lo haces, ¿cómo es que no lo haces?, ¿Y porqué no lo haces?
Guruji puede dar la impresión de “estar haciendo una postura difícil”. Puede
también apretar las mandíbulas, cerrar los ojos con fuerza y mostrar a la gente
que se trata de una postura muy difícil, para hacerles entender que no es algo
sencillo. ¡Puede hacer eso! La gente dirá: “ciertamente es algo muy difícil”.
Incluso aplaudirán. Otra cosa es que no hace eso para mostrarte que es
sencillo, sino que lo hace de una manera natural. Él es natural en su práctica.
Es natural en su demostración. Eso es lo que puedes ver en su rostro, lo que
deberías ver en su rostro.
Así
es como surge la elegancia. La elegancia no aparece como un mal negocio. De lo
contrario, todo sería elegante; trabajar muy duro, picando piedra ocho o diez
horas diarias no es ser elegante. ¿Es que para ser elegante solo hay que trabajar
duro? Eso no es el trabajo duro. Trabajar duro es trabajar integrado. Y
necesitas trabajar duro porque en tu proceso de aprendizaje, como ya he
comentado, tendrás que avanzar de nivel en nivel.
Tendrás
que luchar. La lucha esta ahí, pero no se trata solo de luchar. Por tanto, tu
práctica debe dividirse: esta es la vía de la lucha y esta otra la de la
reflexión; ambas deben combinarse y practicarse una al lado de la otra. ¡Y
cuando se integren, todos pueden transformarse en B.K.S. Iyengar y no vendrán a
mi! Cuando esto se integra, ya no hay dudas. Pero, hasta entonces, debes ver
estos dos caminos ahí, en tu práctica. El aspecto del esfuerzo y el de
conservación. Acción y reflexión.
Y a
medida que se madura, se aproximan cada vez más; en algunos puntos se combinan
y esto te proporciona la flor y nata de la asana. Entonces comprenderás que la
elegancia esta ahí. En todos los niveles, la elegancia estará ahí; no esperes a
convertirte en B.K.S. Iyengar, para conseguir elegancia. Puedes obtener la
elegancia en cada nivel.
20. Medidas de seguridad en el sistema
Tradicionalmente se piensa que el yoga es un asunto
peligroso. El otro día dijiste enigmáticamente que el yoga es peligroso pero
seguro. ¿Puedes arrojar más luz sobre este tópico?
Lo
que intentaba decir es que todo en yoga tiene un tremendo acceso esotérico a la
parte sutil, al complicado sistema sutil. Comparado con el acceso que
proporciona, las medidas de seguridad son realmente increíbles y si sigues los
principios del yoga, tendrás verdaderamente todas las garantías. Pero muchas
veces sucede que la gente no practica los principios del yoga o quizás solo los
practica en parte. En esto reside el peligro. Entonces, si ponemos demasiado
énfasis en asana y pranayama, es cuando comprobamos que no hemos tenido en
cuenta el valor de los principios básicos del yoga en nuestra práctica. Pues,
cuando practicas correctamente, no te vuelves indiscreto, imprudente, o loco;
no desvarías.
Pero
supongamos, por ejemplo, que todo el mundo practica las asanas igual que un
gimnasta sus ejercicios. Es impensable obtener algo; si practicas asanas y
pranayama de esta forma, los principios básicos del yoga se mantienen completamente
aparte y te conviertes en un fanático del ejercicio. Y todo lo que deseas, como
cualquier gimnasta, es ir mas allá de los resultados obtenidos en cualquier
nivel de ejercicio que te encuentres. Siempre quieres más. Estas loco. Deliras
y, por las buenas o por las malas, intentas conseguir resultados. Pues, en
último término, lo que quieres es ganar la medalla de oro. Por tanto, haces
todo lo posible, sin discreción alguna, sin prudencia alguna. Tu único objetivo
es alcanzar ese nivel y lograr la medalla de oro. Y en el proceso pierdes
demasiadas cosas, por las cuales no te preocupas. Y si estas tan loco, si eres
un maniático, un maniático del ejercicio, un loco del ejercicio, entonces no
estas siguiendo los principios del yoga y por tanto te encontrarás aislado ante
cualquier problema. Te acosarán y terminarán contigo.
Pero
si practicas los principios básicos del yoga, serás moderado, templado,
juicioso y discreto, y en este caso las prácticas yóguicas serán absolutamente seguras.
A pesar de que he comentado que se produce un acceso muy profundo a tu mente, a
tu mecanismo mental, a tu funcionamiento y constitución mental, todo esto será
totalmente seguro. Los principios del yoga son como guardianes. Si sigues los
principios, Yama, Niyama, y otros principios éticos y morales en tu práctica,
si tus prácticas están condicionadas, gobernadas y amoldadas a estos
principios, entonces, definitivamente, no existe peligro. Ahora bien, para dar
un ejemplo palpable, si estas viendo a Guruji y dices: “bien como él hace
ciento ocho Viparita Chakrasana, yo también debo hacerlo”, o “ciertamente es lo
ideal, tengo que hacerlo”. Bien, se crea un espacio peligroso porque deberías
conocer en qué nivel te encuentras y para cual estas cualificado. Podrías
hacerlo ciento ocho veces, pero no te sentirás como Guruji después de hacerlo.
Esa es la gran diferencia que nadie advierte. Algunos de sus estudiantes
realmente practican con él. Si Guruji hace ciento ocho, ellos también hacen
ciento ocho, pero no se preocupan en investigar cual es el estado de Guruji
después de ciento ocho y compararlo con su propio estado. Nunca se han
preocupado; solo han tenido la satisfacción de haber practicado al lado de
Guruji: “¡él hizo ciento ocho, y yo hice también ciento ocho!”.
Este
aspecto es el que procura cierto peligro en las prácticas —cuando estas loco,
deliras o estas muy disgustado por algo. Pero cuando practicas siguiendo los
principios básicos del yoga, ciertamente sabrás para qué estas cualificado y
cuánto puedes hacer. A veces he comentado en clase cuáles son las cuestiones:
“¿cuánto estoy haciendo?, ¿cuánto puedo hacer? y ¿cuánto debo hacer?”
Una
vez que estos principios guíen tu práctica, no habrá peligro. Solo con pensar
“cuanto puedes hacer” y “cuanto haces”, mantienes las puertas abiertas para que
entren todo tipo de problemas. Pero cuando sabes “cuanto debes hacer”, entonces
las puertas se cierran totalmente ante los problemas. Así es el aspecto de
discreción, de juicio en la práctica. Si sigues a Guruji en ciento ocho Viparita
Chakrasana, debes seguirle en todo. Sobre esto, la gente no se interesa —lo que
come, lo que hace el resto del día, cuánto pranayama hace, qué otras cosas
hace. Nadie se preocupa de averiguarlo. Es muy importante aprender los
principios de la práctica. Ellos te proporcionarán suficiente impulso, ni más
ni menos. Eso es muy importante. Si posees un tremendo impulso, no pienses que
es una ventaja. Debe ser un impulso óptimo. Sabes lo que significa “impulso”?
¿Lo comprendes? La fuerza que hace tu práctica, la fuerza detrás tuyo:
impulsar. “Impulsar” es “empujar”. El empuje que tienes en tu práctica debe
gobernarse por otros factores, de lo contrario corres el riesgo de volverte loco.
Un
gimnasta puede trabajar sin cuidado por su cuerpo a fin de alcanzar el nivel en
que obtiene la medalla de oro. Puedes imaginar lo que les sucede después. Su
vida como gimnasta es solo de quince o veinte años. La vida de un gimnasta es
extremadamente corta. La vida de un deportista también. Un poco mas larga, pero
también es corta. Y luego, cuando termina su carrera, toda su vida se llena de
vacío y de problemas mentales, porque mas adelante no hay nada que alcanzar, no
hay premios ni aplausos. Las personas no van a aplaudirles. No hay publicidad,
la prensa ya no viene. Por ello, sufren con todas estas cosas.
Las
personas quieren eso; llega un momento en que se acostumbran a ello, al
reconocimiento, a la gente aplaudiendo, a ser apreciados, a la gente alrededor
complaciéndolos, y cuando esto se acaba, se siente un gran vacío. Así es el
asunto, las medidas de seguridad están ahí si entiendes los principios básicos
del yoga. Cuando los sigues, entonces no hay peligro en absoluto, pues es un
sistema tremendamente seguro aunque vaya más allá de tus facultades,
percepciones, sensibilidad y capacidad mental. En realidad te transporta más
allá de todo eso. Como puedes ver, cuando penetras en el aspecto místico del
yoga, estas perdido en la oscuridad, pero no estas sin guía. Y cuando tienes un
guía, aunque estés en un lugar extraño, no tendrás dificultades. Si tienes una
persona de confianza como guía, no tendrás porqué preocuparte. Así, si sigues
los principios, poseerás una fuerza interior que te guiará, aunque te muevas en
la oscuridad, aunque te muevas en algo no manifiesto, en algo inconcebible.
Se supone que un yogui, a partir de cierto nivel, se
enfrenta a lo desconocido.
Si,
por supuesto. Sin embargo, tienes un guía cuando tienes bien inculcados estos
principios. Entonces estas totalmente seguro y no tienes temor, ni miedo, ni
hay tonterías; de lo contrario habrá cosas sin sentido. Si no acudes al yoga
integral, entonces pueden surgir estos peligros, especialmente en pranayama.
Por eso se dice que el pranayama es muy peligroso.
¡Puede matarte! El prana ha de controlarse
gradualmente, igual que se doman los leones, los elefantes y los tigres (poco a
poco, con paciencia y energía), de acuerdo a las limitaciones físicas y la
capacidad de cada uno, pues de lo contrario el practicante podría morir [5].
[5] Hatha
Yoga Pradipika II.15.
Puedes
matarte si no sigues los principios de la práctica. Cuando sigues los
principios de la práctica no te opones a la ciencia. Si te opones a la ciencia,
la ciencia es peligrosa y por eso, varias veces he comentado en otras charlas
que la teoría de nuestra práctica es muy importante. Tenemos que comprender la
teoría de nuestra práctica. La “cientificación” de nuestra práctica es muy
importante. Una práctica es científica solo si tiene una teoría que la
sustenta. No hay ciencia sin teoría. Hay teoría incluso para la práctica mas
subjetiva. Debe haberla, y debe entenderse de tal forma que no haya
confusiones, dudas, miedos o temores. De otra forma siempre habrá dudas:
“¿estoy en lo correcto?, ¿es lo correcto?”.
Estas
cosas sucederán si no conoces la teoría de la práctica, pero cuando la conozcas
dispondrás contigo de una especie de calculadora. Inmediatamente tendrás
respuesta a cualquier pregunta que se te presente.
¿No crees que la mente también pueda volverse
inteligente como nosotros, o más que nosotros?
Inteligente,
¿en qué sentido?
Podría llegar a desconcertarnos
¿Desconcertarnos?,
¿engañarnos? Eso sucede solo cuando no practicas los principios del yoga. Si
practicas ahimsa, satya, asteya, brahmacarya, aparigraha, sauca, santosha,
svadhyaya, Ishvara pranidhana, eso no sucederá. Si sabes en qué consisten, si
los practicas, no hay peligro. Si practicas un yoga desviado, tendrás
problemas. He dicho varias veces que hay una psicodinámica de la práctica: cómo
debes estar y qué debes hacer con la mente en una postura concreta, en un ciclo
de posturas concreto. Debes conocerla, igual que conoces técnicas físicas
concretas sobre la pierna, el esternón, la columna, las articulaciones, los
músculos, etc. También debes saber algo sobre la mente, sobre cómo debe
hallarse y qué debe hacer la mente en la postura. Por tanto, todo son aspectos
técnicos del yoga, nuestros aspectos técnicos no se refieren solo a
articulaciones y músculos, a huesos y cartílagos. Pues aquellos son todos
también partes técnicas: cómo deben encontrarse los sentidos, cómo debe estar
la mente, cómo deben hallarse los ojos, cómo tienen que estar los oídos. Todo
esto son aspectos técnicos y por tanto, si conoces su teoría tendrás cuidado de
cada uno de estos aspectos, y todo tendrá cuidado de todo, y tu no tendrás
dificultades que podrían “engañar” o complicar tu inteligencia. Esas cosas no
sucederán. En otro caso tu mente será engañada, pues no estarás haciendo nada
para domar la mente, no estarás haciendo nada por la mente y así es como puede
surgir el peligro.
¿Puedes darnos un ejemplo sobre cómo debe estar la
mente en una postura, para que todo el mundo lo entienda?
Por
ejemplo, cuando haces Trikonasana, ¿por qué haces Trikonasana? Así es como debe
estar preguntándose la mente: “¿estoy haciendo esto solo para tonificar los
músculos de las piernas, la columna o la espalda?”. Por supuesto, la respuesta
será: “no solo lo hago por eso”. Debe haber alguna razón más. Por tanto, lo
psicodinámico se inicia con esta pregunta: “¿porqué hago esto?”
Es
posible que obtengas como respuesta que lo haces por muchas razones. En último
caso, las asanas se hacen por citta, por la consciencia, pues las asanas no
tienen efecto solo sobre el cuerpo. Lo tienen sobre el cuerpo y la mente; sobre
el cuerpo grueso y el cuerpo sutil. Patañjali dice que el efecto de asana es: "tatah dvandvah anabhighatah" [ 6
] - "liberarte de las dualidades”.
[ 6 ] Yoga
Sutra II.48: "A partir de entonces, el sadhaka no es perturbado por las
dualidades”. B.K.S. Iyengar, Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali.
¿Significa
esto que las dualidades son solo físicas, como el frío y el calor? Las
dualidades son también mentales. Así los beneficios de las asanas son ante todo
mentales, y además de tener efectos mentales, el cuerpo durante el proceso
también experimenta beneficios, que son muy deseables. Por eso, las posturas de
pie no son solo para tonificar los músculos de las piernas o de la espalda. Se
tonificarán, pero suceden otras muchas cosas. Si tienes cien rupias, quiere
decir que también tienes diez rupias, ¿no? Si tienes cien rupias en tu
bolsillo, no puedes decir: “no tengo diez rupias”, porque diez es la décima
parte de cien. Por tanto, si el efecto de una asana se halla en la conciencia,
eso es como tener cien rupias, y si tonificas los músculos de las piernas y la
espalda, eso es como tener diez rupias. Así, poseyendo cien rupias, también
poseerás diez rupias. Entonces, ¿porqué estoy haciendo asanas?, ¿qué obtengo en
mi mente con las asanas?
Guruji
ha dicho varias veces y en distintos lugares: “las asana son para citta pari
karma”. Él dice: “las asana son para
purificar la mente”. Cuando utilizas la palabra “cosméticos”, piensas que los
cosméticos se utilizan para el cuerpo o la cara. Pero en yoga también hay
cosméticos para la mente. Las asana son los cosméticos de la mente. Deben
proporcionar un efecto calmante y sublime sobre la mente, de quietud y
serenidad. Y por esa razón deben hacerse las asanas. Debes saber que si con
Trikonasana consigo ese estado concreto, tengo que haber hecho algo en esa
dirección. Aparte de hacer algo desde los tobillos hasta las caderas y desde
las caderas hasta los hombros y los dedos de las manos, hay que hacer algo más
para obtener el efecto mental del yoga después de Trikonasana. Por tanto,
ciertamente hay otras cosas que hacer en Trikonasana. Ya sabes que las asanas
son psicosomáticas. Guruji ha dicho en varias ocasiones: “a veces hay que
excitarse si nos sentimos entumecidos”, pero ¿cómo podemos excitarnos? Tienes
que vaciar el cerebro y cuando lo consigas, trabajando sobre el aspecto
glandular de la asana, obtendrás la excitación.
Es
posible que desees una mayor circulación para el cerebro. Por eso es por lo que
das saltos, haces equilibrios sobre las manos o algún otro ejercicio rápido y
dinámico, a fin de activar la circulación. Pero, insisto, no es solo físico.
Supongamos que estas entumecido y te calientas cuando haces Halasana y
Paschimottanasana cincuenta veces. También puedes hacer diez veces el
equilibrio sobre las manos para desentumecerte. ¿Cómo puedes denominarlo solo
“físico”?. Querías superar un estado mental; la oscuridad era un estado mental,
el entumecimiento era un estado mental que querías superar haciendo algunas
asanas. En definitiva, las asanas son psicosomáticas y, en este caso, no puedes
trabajar sobre el soma, a través del soma y para el soma; debes trabajar
también la psique por la psique y, a través del soma, sobre la psique.
Por
tanto, los aspectos psicológicos son muy explícitos en nuestro sistema. Cuando
te hallas bajo emocionalmente, se te proporciona un ciclo completo de posturas.
¿Por qué? Si las posturas son físicas, entonces, no tendrán efecto alguno sobre
tus emociones. Pero si estas decaído emocionalmente, deberás hacer Viparita
Karani, Viparita Dandasana y Setu Bandha Sarvangasana. Si solo se tratase de
posturas físicas, no tendrían efecto alguno sobre tus emociones. ¿Pero, cómo es
que lo tienen? Todas las asanas poseen estas dos direcciones, una psicológica y
otra mental. No se trata de nada nuevo para los estudiantes de Iyengar.
En occidente vemos gran cantidad de personas
diferentes que acuden como principiantes a nuestras clases; pero a veces
algunos han estado practicando meditación durante años y tienen problemas o
experiencias extrañas.
Si.
tiene su explicación: cuando hacían meditación, no hacían lo que tu haces y,
sin embargo, dicen que han hecho meditación. Han violado los principios del
Asthanga Yoga. Se trata de una penetración en los aspectos mas elevados del
yoga, una entrada no cualificada en la meditación. Es una infiltración en la
meditación. Es un tabú —se supone que no han estado meditando. Lo han hecho así
y ahora pagan por ello. Por eso digo que si se efectúa una práctica desviada,
se obtendrán efectos negativos. Porque has cometido una equivocación, se trata
de un error. No es ignorancia. Supongamos que entras en un laboratorio y haces
algo que te produce un daño. Es totalmente tu culpa, pues siendo un ignorante
no debes entrar en el laboratorio y ponerte a tocar lo que hay dentro. Si tomas
ácido de una botella, lo derramas en tus manos y se te queman, no es culpa del
ácido, es tu ignorancia y tu culpa. No debes entrar en el laboratorio y tocar
lo que hay dentro. Esto significa que actúas en contra de la ciencia y quieres
que la ciencia sea segura. Cuando actúas con la ciencia no hay problema de
seguridad. Los problemas pueden sobrevenir cuando no actúas con la ciencia. Si
tienes suficiente suerte, puedes librarte. Por eso existen las medidas de
seguridad, y particularmente en relación a la cantidad de acceso a los aspectos
sutiles en tu interior. Las medidas de seguridad en el sistema son increíbles.
21. Practicantes y prácticas, suaves, intermedias e
intensas
La
última vez estuve hablando sobre la práctica y sus tres grados: suave,
intermedia e intensa. Pero nunca nos preocupamos de saber que hay grados, tanto
para las prácticas, como para los practicantes. Normalmente, cuando decimos que
esta es una práctica suave, nos referimos al practicante, a que él o ella son
suaves en su práctica, a que él o ella son intensos en su práctica. No se trata
de las prácticas, nos referimos a un practicante suave, intermedio o intenso.
Hay dos aspectos: prácticas y practicantes. Esto se expone de forma muy precisa
en el comentario de Vyasa. Igual que hablábamos sobre la práctica la última
vez, es importante también que consideremos ahora los dos aspectos: prácticas
suaves, intermedias e intensas, y practicantes suaves, intermedios e intensos.
Supongamos que lees un libro de texto de la escuela primaria; si lo lees
durante ocho o diez horas cada día, se supone que estas trabajando de forma
intensa. Te aprendes todo el libro de memoria y sigues estudiándolo aún más. Es
decir, actúas intensamente durante ocho, diez o incluso catorce horas diarias.
Pero, en este caso, solo es intenso el practicante, la práctica es suave pues
solo estas leyendo un libro de enseñanza básica. Cuando nos referimos a la
práctica, debemos entender estos dos aspectos: ¿cuáles son nuestras prácticas y
cómo las estamos haciendo? No se trata solo de que seamos intensos. Si eres
intenso en una práctica básica, no puedes esperar un gran progreso.
Mediante
la lectura de un libro de primaria durante veinte años, no puedes conseguir un
título diciendo sencillamente que “he estudiado durante veinte años y merezco
titularme”. Para obtener un título tienes que estudiar algo correspondiente al
nivel del año veinteavo, no al del primer año. Supongamos que eres un
estudiante de inglés. Si estudias el mismo libro durante veinte años, no puedes
esperar un certificado de graduación. Pero si estudias el texto correspondiente
al año veinte y lo aprendes, entonces puedes obtener la graduación.
No
solo es importante que tengas que ser intenso, es importante en qué tienes que
ser intenso. ¿Eres intenso en prácticas suaves? Entonces el resultado será lo
mismo. No puedes esperar resultados más allá de un límite. Aunque estudies ese
libro cuatro, ocho o quince horas diarias, no vas a avanzar más allá de un
límite. Estudiando el inglés básico cuatro horas diarias, aprendes algo, pero
no esperes avanzar en el aprendizaje proporcionalmente al tiempo de estudio
durante veinte años, porque el libro no tiene tantas posibilidades. El libro no
contiene tanto como para darte cinco o seis veces más. Así, en la práctica
debes saber: “¿cuáles son las prácticas que llevo a cabo?” Tienes que conocer
los niveles de cada práctica; existen los dos aspectos: práctica y practicante.
Las prácticas —que son las técnicas que sigues y el nivel de esas técnicas— y
luego la intensidad —sea suave, intermedia o intensa. En el primer capítulo de
los Yoga Sutra de Patañjali hay un bello sutra con el comentario de Vyasa:
"mrdu madhya adhimatratvat tatah api viseshah" [7]. Este sutra de
Patañjali se refiere a las prácticas y a los practicantes suaves, intermedios e
intensos. Se dice que un practicante intenso con una práctica intensa logra el
samadhi con rapidez. Eso es lo que se dice. Se mencionan ambos conceptos. Tu
práctica debe ser intensa y tú también debes ser intenso; se explica esto mas
adelante, en los diagramas.
[7] Yoga
Sutra I.21: "La meta esta cerca para aquellos que son supremamente
vigorosos e intensos en la práctica”. Yoga Sutra I.22: “Existen diferencias en
las prácticas de quienes son blandos, moderados y entusiastas” B.K.S. Iyengar,
Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali. Comentario de Vyasa: “Pueden ser
suaves, moderados o intensos en su energía ardiente, y así surge otra
distinción. Para el ligeramente ardiente está próximo; para el medianamente
ardiente está mas próximo; el mas próximo de todos al samadhi y su fruto es el
yogui intensamente ardiente que practica métodos avanzados”. (T. Leggett).
¿Sabes
en qué consiste una práctica suave? Todos somos practicantes suaves de yoga,
incluso aunque practiquemos ocho o diez horas diarias, o transpiremos; aún así,
todos somos practicantes suaves porque las prácticas que efectuamos son suaves.
Ahora puedes ver la diferencia entre tu práctica de los principios del yoga y
la de Guruji. ¿Son iguales? Supongamos que Guruji practica asanas cuatro horas
diarias y tú practicas ocho horas cada día. ¿Significa esto que tú practicas
con una intensidad más alta por hacerlo ocho horas diarias? Las técnicas que él
sigue y las que tú sigues son la gran diferencia. Todos somos practicantes
suaves porque nuestro yoga se halla integrado con bhoga. Nuestra vida es “yoga
mezclado con bhoga” [8] Nuestra práctica suave se muestra gráficamente en la
Fig. 1a.
[8] bhoga:
alegría, placer, experiencia sensual placentera.
Dibuja
aquí un círculo y divídelo; podemos decir que un veinte por ciento es yoga y el
resto bhoga.
Este
aspecto del yoga puede modificarse; sería algo así como levantarse entre las
seis y las siete de la mañana, o quizás entre siete y ocho, o entre ocho y
nueve; todo está relacionado; anoche, a última hora, era muy tarde y tomé una
cena pesada. “Ahora, por la mañana, no puedo practicar; veamos si lo intento
por la tarde. No puedo practicar mucho porque he comido demasiado y no voy a
poder dormir esta noche”. Hay muchos compromisos en nuestras prácticas
yóguicas; dependen de las actividades precedentes y las posteriores. Si vas a
emprender un viaje, dirás: “haré solo Sirsasana, Sarvangasana y posturas
relajantes, pues tendré un largo viaje volando catorce horas de vuelta a casa”,
o “acabo de volar durante catorce horas, tengo que hacer mucho yoga”.
Si
inviertes la posición: esto es 20% bhoga y 80% yoga, aún se trata de la
categoría suave, porque los dos se interrelacionan; están en el mismo círculo.
Tu yoga se influencia por bhoga, y bhoga se influencia por yoga; están en el
mismo compartimento. Incluso aunque el yoga aumente un seis por ciento, un ocho
por ciento, aún se trata de yoga suave.
Por tanto, no es una cuestión de tiempo o duración de
la práctica, como 8, 12 ó 14 horas diarias?
Correcto.
Porque tu yoga es muy sensible ante la vida y las experiencias vitales;
continuamente resulta afectado. La felicidad de la vida tiene influencia en el
yoga. El excitarse en la vida tiene influencia en el yoga; las frustraciones,
las penas de la vida tienen influencia en el yoga.
A menos que vayas a los Himalayas y te dediques al
yoga por completo.
No.
No necesitas ir a los Himalayas; puedes crear los Himalayas allí donde te
encuentres. Supongamos que lo que hay son prácticas intermedias; entonces, esto
cambia según la Fig. 2a.
Las
dos no están relacionadas. El yoga se separa de tu vida. Esto es posible para
los madhyamadhikaris, los yoguis de intensidad intermedia. Su yoga no resulta
influenciado por la vida o tentado por bhoga, porque hay dos círculos. El yoga
se mantiene separado y aislado, de tal forma que no produzca impacto o altere
tu vida.
Ese
es el yogui de nivel intermedio, que resulta cualificado para el samadhi.
Perdón por decir que el yogui de las Fig. 1a ó 1b no están cualificados para el
samadhi aunque tengan un noventa y cinco por ciento de yoga y un cinco por ciento
de bhoga, pero es que están en el mismo círculo.
¿Es posible obtener samadhi (viendo la Fig. 2)?
Si.
Esta listo para el samadhi. La persona del primer diagrama (Fig. 1a ó 1b) no
esta cualificada para el samadhi.
¿Puedes explicar un poco más los dos círculos?
Si.
Los ascetas como Shankaracharya, por ejemplo, podían practicar yoga de tal
forma que su vida no podía influenciar o provocar contaminaciones al yoga. Para
nosotros, las contaminaciones están ahí. ¿Triste? El yoga se contamina. Estoy
triste y mi práctica esta afectada. Me excito y el yoga se afecta. ¿Éxito?
Afectado. ¿Fracaso? Afectado. Esto nos afecta, pero Shankaracharya, o los
santos, no se ven influenciados o contaminados y es por esto por lo que he
colocado el yoga como un aspecto separado de bhoga. No están en contacto. No
entran en contacto en ningún punto.
Ahora
bien, cuando el círculo del yoga disminuye y el del bhoga aumenta, la práctica
se vuelve “suave”. Cuando los círculos son de igual tamaño, es “intermedia”.
Cuando el círculo de yoga es grande y el de bhoga pequeño, se vuelve “intensa”,
tal como se muestra en la Fig. 2b.
Estos son los yoguis que no son afectados por las
calamidades. Como sabes, sufrimos calamidades, y ellos también las sufren.
Perdemos a nuestros padres, y ellos también pierden a sus padres. Perdemos a
nuestros seres queridos, y ellos también pierden a sus seres queridos. Pero hay
una gran diferencia entre el trauma que nosotros experimentamos y el que
experimentan ellos. En realidad, ellos no experimentan un trauma, porque
comprenden la realidad de la vida. Saben que la gente va y viene, como las olas
en el océano. Saben que cuando una ola viene, tiene que volver. Cualquier cosa
que venga a la playa tiene que volver. Entienden la filosofía de la vida y, por
tanto, su vida no influencia su espiritualidad. Saben que esto es una realidad
aparente y no la realidad última.
Eres madre a causa de una relación. Pero en esencia tu no
eres una madre, tu no eres la madre de nadie, no eres la hija de nadie, no eres
la hermana de nadie. Es solo el negocio de la vida, el papel que interpretamos,
lo que nos transforma en la hermana de alguien, la madre de alguien, la hija de
alguien, el cuñado de alguien. Eso no es la realidad. Es una realidad
transitoria, es el negocio de la vida. Por tanto, sus vidas no afectan al yoga.
Así es como son capaces de mantener su práctica sin desviaciones. Siguen las
enseñanzas del yoga y su práctica no es influenciada por la vida.
¿Cómo consiguen esa habilidad?
A
causa de su evolución. Veamos, cuando te ofendo, te sientes insultado. Cuando
alguien me ofende, me siento insultado. Cuando te ensalzo, te alegras. Pero
estas cosas, estas dualidades no les importan. Los santos han sufrido. Los
santos también han sido marginados por la sociedad, mas que tu y yo. Incluso,
parece que han sufrido más. Pero realmente no han sufrido. Creemos que los
santos sufren. Pero los santos no sufren, porque entienden la naturaleza de la
realidad. Eso es evolución; esto es así a causa de la evolución. Por tanto, a
partir de esta situación, tienes que alcanzar esta otra. No puedes decir que
empezarás a practicar de cierta forma desde mañana. Eso no sucederá. Hay que
seguir una evolución; debes avanzar a través de la evolución.
De
esta forma te cualificas para alcanzar el segundo nivel. Por esto digo que solo
conoces tu nivel. Si Guruji hace ciento ocho Viparita Chakrasana, tú no estas
cualificado aún para ello. Ahora bien, tu pregunta sobre si debes o no hacerlo,
es otra cuestión. No puedes decir: “debo llegar a este nivel”, si no es el
nivel adecuado y si persistes en hacerlo, no tendrás éxito. No serás capaz de
mantener tu vida totalmente aislada del yoga y al yoga aislado de tu vida.
Ambos se mezclarán, porque no estas cualificado.
Tenemos que evolucionar hasta alcanzar un estado en el que
el negocio de la vida no influya en nuestro yoga. Así es el madhyamadhikari.
Los
grandes Acharyas, los grandes santos también fueron discriminados. La sociedad
los discrimina, se opone a ellos. Se les provoca todo tipo de conflictos. La
gente intenta torturarlos, pero realmente no son torturados. No sufren ninguna
tortura. Creemos que son torturados, pero conservan siempre la misma
tranquilidad interior. Si realmente sufriesen, no serían santos. Para
entenderlo mejor, si dijesen: “¡Oh!, he padecido un montón de injusticias y
discriminaciones”, no serían santos.
Así
es el segundo estado. ¿Cuál es el tercero? En el tercer estado, solo hay un
círculo, tal como se muestra en la Fig. 3.
Solo
hay yoga. Y esto solo sucede a personas como Shuka Mahamuni, Patañjali y
Vamadeva, que se han liberado en vida. Solo hay un círculo. Todo es yoga, pero
si hay un poco de bhoga, este círculo se volverá algo gris, ligeramente
grisáceo. A causa de las infecciones de la vida, las infecciones del karma, (el
círculo) se teñirá de color gris (la práctica será suave). Si (la práctica) es
intermedia, la tentación será menor; (el círculo) será blanquecino. Y si es
adhimatra, intenso con practica intensa, en sadhana intenso —será super blanco,
blanco como la nieve. El karma no causará dolor. Por tanto, solo tienen un
círculo, lo que quiere decir “práctica intensa”.
¿Quieres decir que no hay vida después de la muerte
para estas personas?
Efectivamente.
No hay vida después de la muerte. Contempla ahora la diferencia. En el primer
diagrama, Fig. 1a y 1b, nuestro yoga se entremezcla con bhoga. Pero en la Fig.
3, todo es yoga y solo hay una pequeña infección. Todos nos exponemos a las
mismas bacterias porque todos estamos en las mismas condiciones. Pero es
posible que uno de vosotros enferme mañana, a causa de su menor inmunidad.
Todos consumimos la misma agua, pero no todo el mundo sufre de cólera. Algunos
con menores defensas lo padecerán. Todos comemos en el mismo hotel el mismo día,
pero uno enferma gravemente, otro de forma leve y otro no enferma en absoluto,
a causa de sus defensas. Los yoguis realizados tienen sus experiencias;
duermen, se levantan, hacen cosas naturales. Tienen hambre y sed. Tienen que
comer para calmar su hambre y sed.
Y
cuando disminuye la presión del karma, se vuelven blanquecinos. Y cuando no hay
presión del karma, cuando están a punto de liberarse, se vuelven super blancos.
¿Puedes explicar mejor el segundo y tercer estados?
Veamos,
en el segundo, la vida se compone siempre de dos aspectos; aunque se practica
yoga, bhoga siempre existe, las experiencias también están ahí. Existen el
dolor y el placer. Pero, igual que los santos, son capaces de mantener su
estructura mental, la quietud de la mente sin que resulte afectada o
intimidada. Aspiran a un estado mas elevado, porque bhoga esta siempre al lado
de yoga. Los factores dolorosos están presentes, los factores molestos están
ahí, y no desaparecen.
Cuando
alcanzas el estado mas elevado, los factores molestos son imperceptibles, y no
tienen influencia alguna. Es solo una mancha, pardusca o blanquecina. Así es
como debe ser su vida. Pero en el segundo estado tienes ciertamente dos cosas
en tu existencia. Dices: “esto es mi yoga, esto es mi espiritualidad”; y, “esta
es mi vida cotidiana, familiar y social”. No se identifican a si mismos con el
papel que juegan en la vida familiar o social.
Si
has leído la vida de Tukaram, entonces sabrás que su esposa fue terrible, le
causó muchos problemas y su vida fue un infierno. En otro caso, habría sido
diferente, pero aún así fue parte de su vida. Cuando quería sentarse para
Bhajan, adoración o japa, ella le hacía trabajar, y él nunca se opuso. No tenía
resentimiento. Cuando se sentaba para japa, la esposa decía: “el niño esta
llorando, tienes que cuidarlo”. Él no se oponía pero esos bhogas estaban allí
para influenciar completamente su vida. Sin embargo no influenciaban,
coexistían. Yoga y bhoga coexistían.
En
la Fig. 3 no coexisten, como cuando bhoga es suave. Siempre esta allí —como
dije, habrá pequeñas infecciones puesto que estamos en contacto con las
bacterias— pero no habrá sufrimiento.
Igual que has hecho con el segundo estado, ¿puedes
poner un ejemplo para el tercero?
Un
ejemplo para el tercero sería Shuka Mahamuni y Vamadeva. ¿Has leído sus vidas?
Se hallaban completamente fuera de este mundo, aunque estaban en el mundo,
porque estaban al borde de la liberación al final de su vida, o en un
particular momento de ella. Estaban a punto de liberarse y por ello tenían una
forma única de vida. Shankaracharya tuvo éxitos y fracasos, pero no se
cuestionan en su caso los éxitos o los fracasos. El creaba Himalayas
dondequiera que estuviese. Los Himalayas estaban a su alrededor. Shankaracharya
se movía de un lugar a otro, tenía debates, encuentros, discusiones. Los santos
también tenían junto a ellos a gente en contra, se movían con la gente,
viajaban con la gente, algunos de ellos respetables, otros no tanto y, otros
mas, despreciables. Eran conscientes de todo esto pero su yoga no resultaba
afectado, eran santos. Estos son los ejemplos de aquellos que estaban a punto
de liberarse. Para ellos sucede así. Esto es yoga intenso (Fig. 3), lo anterior
es yoga intermedio (Fig. 2) y, por ello, es por lo que he dicho que todos
practicamos yoga suave (Fig. 1).
Para
nosotros, igual que todo es parte de la vida, el yoga también forma parte de
ella. Cuando seamos capaces de separarlos, entonces estaremos en el estado
intermedio (Fig. 2) con dos aspectos separados, y cuando lleguemos al tercer
estado (Fig. 3), solo habrá un aspecto. Y además, el estado intermedio podrá
ser suave, intermedio e intenso. El estado mas intenso proporciona samadhi
instantáneo, liberación instantánea —como Vamadeva. Vamadeva nació del vientre
de su madre e inmediatamente quedó liberado. No fue un ser humano normal ni un
solo momento; en el instante que nació se dice que atravesó el universo hacia
la liberación.
Esto
significa que la liberación tiene lugar exactamente en el siguiente instante,
cuando se es intensamente intenso, con intensas prácticas. Así, cuando nos
referimos a la intensidad, solo nos referimos a un aspecto, no a las prácticas.
Todos practicamos yoga suave. Podrías practicar intensamente, pero practicas
yoga suave. Pues existen numerosos compromisos, el negocio de la vida
compromete nuestro yoga: “hoy no puedo practicar, mañana no seré capaz, mañana
tengo que viajar, tengo otros compromisos”, cualquier cosa. Demasiadas cosas se
interponen. Aunque practiques 10 horas cada día, catorce horas cada día, no vas
a hacer más que una práctica suave. El practicante será intenso, pero la
práctica será suave. Eso son matemáticas bellamente adaptadas a la teoría del
yoga. Hablamos de intensidad pero, como puedes ver, somos todos intelectuales,
nunca nos preocupamos de saber qué es intensidad, qué es mediocridad. Por eso,
existen distintos aspectos.
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